Concluido el “emplasto” (arreglo poco satisfactorio) CELAC-UE, el encuentro merece algunos comentarios.
En primer lugar ha llamado la atención el hecho de que la Unión Europea acordara reunirse fuera de su área hegemónica, pero más llamativo ha sido que decidiera insertarse en el cónclave latinoamericano y caribeño. De esto se deduce que para las potencias europeas los movimientos asociativos que están ocurriendo en este continente ya no son sólo reuniones protocolares insulsas sino que van desnivelando el concierto planetario sustentado tradicionalmente por los mandantes del orbe.
Sin dudas, los tiempos que estamos viviendo están trazando caminos muy distintos a los recorridos hasta el cierre del siglo XX pues Europa y EE. UU. están perdiendo poder y sometimiento al resto del planeta, empezando por el lejano oriente y mirando ahora al grano que empezó con Mercosur, se expandió con UNASUR y ahora erupciona con CELAC.
Las potencias tradicionales ya no pudieron contener su preocupación y presionaron a uno de los dos gobiernos más derechistas dentro de CELAC (Piñera-Chile) y lograron meterse en el encuentro, que debía haber sido exclusivamente latinoamericano y caribeño.
No hubiera sido diplomático rechazarlos, pero en la práctica fueron dos encuentros separados. Las condiciones de ambos cónclaves las puso el país anfitrión y se desarrollaron al mejor estilo derechista, o sea, hermetismo y discursos genéricos para consumo del pueblo. La prensa quedó lejos mostrando paisajes urbanos y algunos reportajes aislados pero sin transmisión en directo de los debates.
El estilo que primó fue propio de la dirigencia de la UE y en las antípodas de los encuentros latinoamericanos. Todo un cuadro que pintó quiénes respetan más la libertad de expresión y de comunicación hacia los pueblos. En las antípodas brotó el pedido del presidente Evo Morales: “Mi pedido hermano presidente de la República de Chile, quisiéramos después de mi intervención consígame una copia, porque yo tengo que rendir cuentas a mi pueblo, tengo que informar a mi pueblo de las distintas intervenciones porque no hacemos trabajo a espaldas o en secreto ante mi pueblo”.
Con esta injerencia diplomática demostraron que les preocupa el “grano” que les va creciendo en el gobierno planetario, harto complicado cuando una de las metas de CELAC es relacionarse en bloque con los países orientales y posicionar un representante permanente dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Que EE. UU. esté perdiendo el control sobre el resto del continente ya es la sensación que tiene cualquier habitante con o sin información política, pero la tensión es más profunda cuando su enemigo estrella (Cuba) pasa ahora a dirigir una entidad multinacional y casi, casi continental (CELAC), encima sin permiso para que EE. UU. participe. Dicho metafórica y burdamente, se reúne la peonada sin participación del patrón de estancia, y ahora bajo la dirección del peón más díscolo en medio siglo. ¡Como para no estar preocupados e irritados!
Los discursos protocolares merecen ir sin postas al cesto de basura, no así las expresiones de quienes alimentan el futuro autónomo de este continente. Así, Raúl Castro inició su exposición recordando a Salvador Allende (asesinado por la derecha que entonces “titiriteaba” EE. UU. sobre Chile) y, como muchas otras veces lo hicieron otros mandatarios latinoamericanos en estos años, que las islas Malvinas son indudablemente argentinas.
Sin dudas que el objetivo final de CELAC en cuanto a soberanía vs. injerencia es acabar algún día con la existencia de bases militares exógenas dentro de los territorios que integran este ente multinacional. Entonces, los primeros cuestionamientos apuntan (por ahora) a Malvinas, el bloqueo económico contra Cuba y el control sobre el pueblo portorriqueño.
Es cierto que CELAC se desplaza precariamente pues los gobiernos de Chile, Colombia y Paraguay (por ahora) siguen respondiendo a las órdenes que les imparte el Tío Sam, y que buena parte de América Central y el Caribe siguen dependiendo política y económicamente de esa potencia, pero también es cierto que constantemente se están sumando naciones a la resistencia y lentamente muchas otras están modificando sus estructuras económicas para disminuir la histórica dependencia y comerciar cada vez más con sus países hermanos, hermanos en la geografía, en la historia y en los objetivos políticos (democracia contra dictaduras y golpes de estado con mareas de genocidios). Estos cambios son los que están preocupando a los miembros de la Unión Europea y EE. UU.
Para esa derecha es inadmisible que un gobierno entregue petróleo a otro gobierno a cambio de recibir (trueque) médicos y medicina para su pueblo. El caso solidario entre Venezuela y Cuba, replicado cada vez más en Latinoamérica, desde Argentina hasta Nicaragua, está rompiendo con el modelo capitalista (todo tiene un precio en dólares estadounidenses) al tiempo que resurgen empresas nacionales y se asocian solidariamente con otras empresas nacionales (PDVSA con YPF, etc.), sin olvidar la solidaridad no extorsiva con el pueblo haitiano.
En medio de estos cambios estructurales ha aparecido un petizo campechano que en estos encuentros pateó el tablero del narcotráfico proponiendo liberar el consumo de drogas. Con la propuesta apunta a matar la “gallina de los huevos de oro” estadounidense pues perdería sus abultados ingresos económicos (paralelos con la venta de armas) y el control militar clandestino sobre los países productores. Sin dudas que para la cúpula política estadounidense el “Pepe” Mujica está loco, más cuando su locura ya ingresó al parlamento uruguayo y es tema de debate en su pueblo mientras el resto de los latinoamericanos observamos con interés su desarrollo.
En la troup del circo celaco (nativo de CELAC) también hay un pintoresco indio (no de India, por lo tanto aborigen) que les bajó el dedo pulgar a las recaudaciones manu militari de las transnacionales, negoció con ellas y ahora se da el gusto de informar en cada foro internacional las gruesas recaudaciones que su gobierno está logrando en desmedro de los poderosos: “Un solo dato, en el año 2005, antes de que sea presidente, la renta petrolera fue de 300 millones de dólares; el año pasado 2012 llegó a más de 4.000 millones de dólares. Estamos hablando de una nación que tiene más de 10 millones de habitantes. Para nosotros más de 4 mil millones de dólares de renta petrolera es un gran alivio; no es la solución, por supuesto, pero aquí nos preguntamos ¿cuánto nos robaron?, ¿cuánto nos saquearon?, ¿cuánto se llevaron?”. Se los dijo a los representantes de esas multinacionales. Viajaron miles de kilómetros para que públicamente les dijeran cuánto están perdiendo por culpa de este “indio”. Suficiente para estar más que preocupados, cuando ellos creen estar piloteando la crisis más grande que han sufrido (o montado) en las últimas décadas, y aún así siguen en picada.
Y como cierre de estos tiempos “en revolución”, hace pocas horas disertaba el obrero y ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva en la III Conferencia por el Equilibrio del Mundo, que para desgracia de otros se llevó a cabo en Cuba.
Con oratoria suelta resumió su exitosa presidencia, período en el que 45 millones de pobres abrieron sus cuentas bancarias porque fueron tantos o más los que salieron de la indigencia y la pobreza gracias a un mejor reparto económico y gracias a aumentar casi cuatro veces las exportaciones. A ello sumó que 3 millones de personas pasaron a contar con electricidad aún viviendo en zonas rurales, emprendimiento que no querían hacer las empresas privadas por antieconómico.
El presidente sin diplomas universitarios recordó que en su período fundó 13 universidades y triplicó el presupuesto educativo nacional, fenómeno similar al que ya viene consolidando su par Evo Morales (deserción escolar bajó del 6% al 1% en Bolivia), otro “loco” al gusto de la derecha. Y en esta línea advirtió que a la prensa opositora visceral, esa que responde a los intereses de derecha “no le molestan nuestros errores sino nuestros aciertos”, expresión que fácilmente se puede verificar en nuestro país (Argentina, aclaro por las dudas de quienes precian el dólar y deprecian el peso) con las noticias que difunden e interpretan. Valga el caso notorio del regreso de nuestra fragata Libertad, acontecimiento que ese tipo de prensa le dio sobrada cobertura al conflicto pero que minimizó y hasta ocultó el resultado final y victorioso.
Cuesta creer que connacionales gocen sólo cuando las noticias nos perjudican y se incomoden cuando se revierten los procesos para bien de todos, incluidos ellos mismos obviamente. Es el peligroso recorrido entre la sensatez y la locura del que nadie está exento y nos posiciona entre útiles o perniciosos para nuestros semejantes.
Estas son algunas de las transformaciones que se están produciendo en “Nuestramérica”, con gobernantes que se hacen eco del pueblo que los elevó y una dirección mediática que no se anima a organizarse en partido político para competir en las urnas y a cambio aprovecha los canales de comunicación para difundir su ideología, reñida con el sentir del pueblo. Esas empresas no son periodísticas y menos aún informativas. El ejemplo internacional de estas últimas horas fue la puja entre TelesurTv (Venezuela) y CNN en español (EE. UU.) en la tarde del último miércoles 30-01-2013: mientras la primera le dio cobertura plena a la III Conferencia por el Equilibrio del Mundo, la segunda emitió un reportaje al presidente Piñera sobre lo acontecido en el encuentro UE-CELAC.
UNASUR, CELAC y otros entes de menor jerarquía están atentando contra el modelo de los patrones planetarios y causándoles suma preocupación, de allí el emplasto UE-CELAC en Santiago de Chile y la difusión parcializada que algunos medios le dieron.
A lo lejos se nota la preocupación porque buena parte del planeta se les está escapando de las manos por culpa de unos loquitos que aparecieron de la nada, que se levantaron desde el mismo barro, muy lejos de los claustros y de los campus universitarios.
Observando con ojo de águila la estratosfera política, pareciera que la crisis económica europea y norteamericana está en segundo orden, superada por el poderío de los tigres asiáticos y el renacimiento en bloque y concordancia de los 34 gobiernos americanos, menos Canadá, EE. UU. y Paraguay (provisoriamente).
Sin dudas que estamos presenciando la construcción de una bisagra política e histórica que con el correr de los años se fortifica y aleja la antes frecuente aplicación del “Manual de Procedimientos”, que era organizar golpes de estado y si la resistencia era inquebrantable, pues pegarle un tiro al líder (Allende y más reciente Gaddafi). Pareciera ser que los violentos se están replegando y en su reemplazo aparecen los negociadores para apaciguar el “movimiento de suelo” político, económico, y en definitiva ideológico.
Luis Colombatto