Donita era una mujer entrada en los 30, de aspecto dulce, agradable, cariñosa y calida, por todas estas cualidades la habian convertido en la guia espiritual del grupo, sus maneras suaves, la practica del yoga la hacian ver especial, como mujer precavida habia traido consigo una neverita portatil para conectar al encendedor del Jeep, como su pasión era la Cocacola se habia traido una docena de botellines que las iba consumiendo pausadamente y que en el desierto mas grande del mundo con su paisaje agreste y algunas veces monotono, donde el sol intenso del medio dia heria la vista por el resplandor que se reflejaba en el piso de roca dura, habia momentos que era dificil respirar por que el polvo que se metia por narices y garganta, ella se relamia sus heridas y se aplicana el balsamo de esa bebiba fria que bajaba por su garganta y en secreto era la envidia del grupo, en una de esas un compañero de andanzas harto de beber agua calida con sabor metalico le pide que le venda una de sus preciados refrescos carbonatados, ella sin nigun escrupulo le pide 200 Euros, él indignado convoca una asamblea con los demas viajeros que a estas alturas del camino era ya como hermanos despues de haber compartido juntos tantos sufrimientos y le reprocha a Dona su falta de etica por querer aprovecharse de su necesidad, él le espeta que en el ultimo oasis vendian una Coke por 15 Euros y le parecio carisima y ella al pedir 200 Euros significaba que queria aprovecharse de la situación, pero ella argumenta, tu luces como un ricacho, él en respuesta- dice una cosa es parecer y otra ser, yo puedo aceptar que si una bebida te costo 0,80 de Euros con el transporte, el sentido de la oportunidad , la escazes, te podria pagar hasta 30 Euros pero nunca 200, no me parece etico que quieras beneficiarte mas allá de lo razonable!!!. Volvia a insistir él.
Ella chilla, aqui soy rica, tengo el bien mas preciado y envidiado por todos ustedes pero allá en la jungla de cemento de la ciudad, vivo entre estrechezes pero tu parecieras que nadaras en dinero, pero tu efectivo y tarjetas de credito aqui no te sirven para nada.
Dona para defenderse mejor deja su ultima cocacola en el piso y viene una mangosta y al tratar de bebersela la riega por el suelo vaciandose su contenido.
Ante el desenlace inesperado de los hechos y ante la disputa por una cosa tan banal y sin sentido, la desilución embarga al grupo y la camaraderia fue la primera victima, calladamente hicierón todos sus bartulos y emprendierón el camino de regreso a casa, pensando en que la condición humana nos persigue a donde quiera que vayamos.