Linternas flotando en un mar de casualidades
Ficción… o realidad
Algunas veces la realidad parece querer superar a la ficción… Hace un tiempo acudí a la consulta médica para descartar ciertos malos presagios que rondaban mi cabeza. Había detectado una ligera protuberancia en cierta zona de mi cuerpo, acompañada de un anómalo dolor en la misma area que me intranquilizaba. Expuse todo a la doctora y ésta me propuso realizar una prueba radiológica para que me quedara tranquilo…
Ahora, con el paso del tiempo, creo que tengo suficientes elementos de juicio para valorar si mi experiencia sobre todo lo sucedido fue desgraciada o agraciada.
Una cadena de casualidades
La realidad nos presenta ciertos hechos con apariencia de casualidad… pero, detrás de esa engañosa apariencia, hay una extraña causalidad.
Quizás fuera casualidad que, el mismo día que me hicieron aquella prueba radiológica, escribiera esta entrada. Una entrada para revisar la última lista de un ser de ficción, para recrear una última lista propia. Una lista que me recordara algunas de las cosas que permiten a mi corazón latir con fuerza. Una lista que me recordara que la vida, con certeza, algún día se acaba.
Quizás fuera casualidad que, días después, recibiera el resultado de aquella prueba radiológica. Contenía algunos términos cuya interpretación estaba cargada de desesperanza.
La comprensión posterior de aquellos términos detuvo los latidos de mi corazón por unos instantes.
Quizás fuera casualidad que, unos meses después, una serie de pruebas adicionales invitaran a descartar el mal augurio de aquellas sombrías palabras. La vida le había hablado a mi corazón: tienes una segunda oportunidad… no la desperdicies… pero recuerda tu última lista.
Como alguien dijo una vez: “podría contar mi vida uniendo casualidades“. Sí, es así, pero tales casualidades tienen un origen que se nos escapa. Creo que podrían ser interpretadas como oportunidades, muchas oportunidades para remendar errores pasados y tejer aciertos futuros.
Oportunidades
Con el tiempo, he apreciado que debemos aprender a descifrar las “casualidades” de la vida. Que, en muchas ocasiones, estas casualidades no son más que oportunidades que nos brinda la vida para mejorar. Que hay que dar las gracias por tales oportunidades… y que la vida, sin ser uno mismo, sin pasión por la misma, es como una muerte en vida.
No desperdicies oportunidades. Crea esas oportunidades con tu corazón. Escribe tu última lista hoy mismo. No olvides añadir algún sueño (aunque te parezca un sueño imposible, deja un lugar para él en esa lista) Y sobre todo: vive como si fueras a morir mañana, sintiendo cada instante de tu existencia con la máxima pasión, siendo realmente tú.
Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde. (William George Ward)