LA ÚLTIMA LLAMADA
Empar Fernández Gómez nació en Barcelona en 1962; alterna la docencia con la escritura, tanto de ficción como de no ficción.
Con su primera novela, Horacio en la memoria obtiene el XXV Premio Cáceres 2000.
En 2004 comienza su colaboración literaria con Pablo Bonell Goytisolo y publican Cienfuegos, 17 agosto adentrándose en el mundo de la novela de intriga; juntos crean al inspector Santiago Escalona, protagonista de las tres novelas siguientes que escriben juntos: Las cosas de la muerte, Mala sangre y Un mal día para morir.
Resulta finalista del IX Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones con El loco de las muñecas, la historia de un mendigo que es desgranada a partir de su muerte.
En 2008 publica Hijos de la derrota, una novela que parte del fin de la guerra civil para contar cómo afecta a la vida de tres niños la manera en que sus padres se enfrentan al comienzo de la dictadura.
Consigue el Premio Rejadorada de Novela Breve por La cicatriz en 2009 y al año siguiente publica Mentiras capitales, una historia ambientada en la posguerra, en la que nos adentraremos en la vida de unos personajes que, a bordo de un barco, huyen a Veracruz de sus vidas.
Colabora ocasionalmente en prensa, como columnista, y como guionista en la producción de documentales históricos.
Noemí Monteagudo salió una noche para celebrar el fin de curso, pero nunca regresó a casa. Antes de desaparecer realizó una última llamada que su padre no atendió. Tres años después su familia ha perdido toda esperanza: su madre sobrevive a base de ansiolíticos, su padre aplaca la culpabilidad con la ayuda cómplice del alcohol y solo su hermana, Yolanda, es capaz de rescatar algo de cordura para seguir adelante.
Todo cambia cuando Julio, el padre de Noemí, descubre en un show de televisión a una vidente que asegura entrar en contacto con el más allá.
Mientras Julio se deja arrastrar por las palabras de la enigmática mujer; Yolanda se propone desenmascarar a la poderosa médium.
Pero los secretos mejor guardados acaban por aflorar y casi nada es lo que parece.
El narrador de esta tremenda novela es en tercera persona. Cada capítulo enfoca a un personaje determinado, pero el narrador siempre es heterogéneo (tercera persona).
Los personajes en los que más se centra la narración son Julio Monteagudo, Yolanda Monteagudo y, aunque no aparezca "físicamente", sí está en la memoria de los personajes, Noemí Monteagudo. Como personajes secundarios tenemos a Samantha Damon y a la madre de Noemí.Empezaré por hablaros de Noemí. Ella es una joven desaparecida de la que, tras una llamada que su padre no contestó, no se vuelve a saber nada. Es personaje principal porque alrededor de ella gira toda la trama.Julio es el padre de Noemí, un personaje totalmente angustiado y devastado por la culpa. Él se siente responsable de la desaparición de su hija. Piensa que si hubiera respondido esa llamada, ella seguiría a salvo junto a él.Yolanda es la hermana de Noemí. Ella cree que luchando es como mejor puede hacer frente a la desaparición de su hermana, y se siente decidida a hacerlo.Por otro lado, digo que la madre es un personaje secundario porque desde la desaparición de su hija pequeña se ha convertido prácticamente en una sombra de sí misma que solo se limita a sobrevivir.Samantha es un personaje curioso. Seguro que os suena un programa que estuvieron transmitiendo en Tele5 hace algunos años en el que una médium podía contactar con muertos o desparecidos para que los familiares pudieran aliviar su dolor. Samantha Damon es este personaje; lo que hace es "contactar" con Noemí cuando Julio decide presentarse en su consulta. ¿Será verdad? Dejaré que cada uno responda a esta pregunta dependiendo de en qué crea y en qué no.
La novela entera es el reflejo perfecto de la angustia que genera el no saber qué le ha ocurrido a un ser querido. Sin duda alguna, que un ser querido muera es terrible, pero la desaparición es diferente... ¿está vivo? ¿Muerto? ¿Qué ocurrió? ¿Dónde está? Son cuestiones que no tienen respuesta y que, poco a poco, acaban con la energía vital de cualquier ser humano.
No sé cómo lo ha hecho, ni por qué ha escogido este tema para una novela, pero Empar Fernández ha conseguido una novela con la que empatizamos con los personajes, nos metemos en su piel y deseamos que jamás nos ocurra esa desgracia.
Con una prosa muy sencilla ha conseguido acercarnos a esta familia hasta tal punto que queremos entrar en las páginas para abrazar a Yolanda, llorar con Julio o espabilar a la madre.
Esta novela me ha transmitido en todo momento el pesar de la familia Monteagudo.
Me ha gustado especialmente la subtrama en la que Yolanda trata de "desenmascarar" lo que cree que es el fraude de Samantha. Lo único que me parece un poco desubicado son los fragmentos del ficticio libro de la vida de Samantha, aunque sí es verdad que hay que tenerlo en cuenta para entender la vida de este personaje.
La construcción de personajes también es fantástica. Cada uno tiene su carácter y sus particularidades y para nada son personajes estereotipados.
Mi aplauso a esta gran creación de Empar Fernández, a quien voy a seguir de cerca, porque me ha maravillado su forma de narrar.