
"El temporal, que algún agente del servicio de meteorología amante de lo bíblico había bautizado como el Luzbel, llevaba días anunciándose. Iba a ser un tanto excepcional incluso para Donegal, así que ojo: quizá volasen algunas tejas, o alguna farola del tendido eléctrico. el tipo de Radio Corta nos avisaba cada sesenta minutos: "LLenen el depósito de sus generadores. ¿Cómo van de congelados? ¿Latas de judías en tomate? ¿Suficientes? Y tampoco se olviden de comprar velas y cerillas. Y para los que viven muy cerca de la costa, amarren bien sus botes. Y si pueden saquen los veleros a dique seco por una noche:""
Reconozco que esta vez no fue amor a primera vista... a la cubierta. No, esta vez ha sido el ver tanta opinión positiva de lugares dispares lo que ha provocado que terminara teniendo curiosidad por este título. Y me ha durado apenas nada, me ha sentado bien. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La última noche en Tremore Beach.
Conocemos a Peter Harper, un compositor de bandas sonoras divorciado que se muda a una casa perdida en la costa a modo de refugio, en Tremore Beach. Si hay un lugar tranquilo y apartado es ese, de hecho apenas hay vecinos en la zona. Allí conoce a Leo, Marie y Judie por ejemplo. Tras una tormenta, Peter empieza a sufrir un dolor de cabeza de cabeza que pronto será acompañado por imágenes terribles. Y ahí sigue él, mientras se acerca el verano y con él la visita de sus hijos.
También conocemos en esta historia a su autor, ya que es una primera novela. Y sin embargo no sería justo denominarla así ya que en ningún momento nos lo parece. O al menos no encontramos esos detalles que nos han dicho suelen tener en común las óperas primas.
Escrita en primera persona, lo primero que me llamó la atención fue la disposición de la historia. Ese algo va a pasar, ese convencimiento que el protagonista nos traslada página tras página mientras conocemos en carne propia lo que es una tensa espera. De hecho, ya desde las primeras páginas nos acercamos a Peter con una cierta simpatía, no nos cuesta hacerlo pese a que también tengamos nuestros roces con él.
Con un comienzo pausado, como si calentara motores, Mikel nos propone una novela en la que nos dejamos caer sin darnos cuenta para disfrutar de sus letras. Frases cortas, una ambientación que apenas notamos como nos va envolviendo y una atmósfera en la que lo paranormal y lo personal se dan la mano, componen una historia a ratos imposible de soltar. Siempre defiendo los libros que nos entretienen y ahí es donde sobresale Tremore Beach y su casa de playa, porque es una novela que consigue justamente eso: entretener al lector, hacerle pasar las horas entre sus páginas mientras vamos aumentando el ritmo hasta llegar a la última parte de la novela con curiosidad, casi con avidez. Es más, si os animáis con él es fácil que os sorprendáis buscando tiempo para continuar la historia, avisados estáis.
He leído por alguna parte que el autor es seguidor de King, o de Highsmith y no seré yo quien me ponga a comparar sus letras. Lo que si que ha aprendido de ellos es a construir una historia sin sobrecargarla, y dejarnos de este modo una novela de lectura fácil y que cualquiera puede disfrutar. De hecho es de esos títulos con los que sabes vas a acertar si lo eliges como regalo.
Esta vez no puedo dejar de recomendaros su lectura, es un muy buen libro del verano.
Y vosotros, ¿tenéis un tipo de lecturas preferidas para el verano?
Gracias
PD: Os dejo el book tráiler:
