Qué horror. Pero si los horrores son como La Última Paloma, que me horroricen mucho, por favor. Porque en esta grandísima, oscurísima novela, hay también mucha belleza. La belleza narrativa que cuenta cosas como "tener la voz preñada de luto". Con frases y párrafos que hacen entender hechos y conceptos, no con los ojos que leen y el cerebro que los procesa, sino con las entrañas que los asimilan, y los presentan ante nosotros meridianamente claros, sin los filtros de la mente. Pocas veces he leído a nadie no ya describir, sino escupir emociones crudísimas a la cara del lector con alevosía, solo a golpe de palabras. Men Marías escribe con y para los cinco sentidos. Y el sexto a veces.
Nadie sale de casa. Mucho miedo. Hay un silencio de Viernes Santo que lo devora todo.
Marías, Men. La última paloma (Autores Españoles e Iberoamericanos) . Editorial Planeta.
El mundo de repente brillaba, sonaba más alto, olía a jardín.
Marías, Men. La última paloma (Autores Españoles e Iberoamericanos) . Editorial Planeta.
¿Os parece que sepamos un poco de ella? ¿Quién es Men Marías?
Men MaríasMen Marías (Granada, 1989) se licenció en Derecho y ejerció la abogacía desde los veintitrés años, especializándose en el sector mercantil. Debutó como escritora con la obra Pukata, pescados y mariscos, que fue galardonada con el Premio de Novela Carmen Martín Gaite 2017 y un accésit en el Premio Torrente Ballester 2017. En el género del cuento, ostenta un total de 28 menciones de ganadora y finalista en diferentes certámenes literarios españoles e internacionales. Además, es tutora de técnica literaria, novela negra y poesía en su ciudad.
Fuente: Planeta de Libros
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La Última Paloma es una novela negra, muy negra. Sin paliativos. Quiero decir, sin "apellidos" que la atemperen en cierto modo como Domestic o Gastronomic ... Y este es su argumento:
Frente a la base naval de Rota, tras el cordón policial que acordona la brutal escena, un grupo de vecinos clama que se haga justicia: el cuerpo de la joven Diana Buffet yace salvajemente mutilado y con unas enormes alas cosidas a su espalda.
Ni las cámaras ni el helicóptero de vigilancia de la base han captado una sola imagen que pueda servir a la investigación; algo incomprensible.
La sargento Patria Santiago sabe que el asesino va a volver a matar, pero nadie la cree, ni siquiera el cabo Sacha Santos -a quien le gustaría ser algo más que su compañero-, porque al igual que piensa el resto de Rota, Patria ha convivido con el dolor demasiado tiempo como para ser de fiar.
Una sola pista, la investigación que Diana estaba haciendo sobre la base, y su relación con la desaparición de una joven hace sesenta años, cuando los americanos llegaron a Rota, parecen ser los únicos hilos de los que tirar.
Sólo quien conoce el dolor puede enfrentarse a un crimen tan macabro Sinopsis de La última paloma. Planeta de Libros
Son las ocho menos veinte de la mañana del 2 de Septiembre de 2021. Aún no he dormido. Tranquilos que me voy en cuanto acabe esta opinión/reseña/lo que sea. Hasta el 20 % de esta novela (lo siento, mi kindle a veces marca las lecturas en porcentaje leído, no en páginas...) me costaba entrar. Algo hizo click en mi interés y llevo dos días aprovechando cada minuto libre para volver a Rota, a saber de Las Palomas. Hasta que acabo de finalizarla, y aún estoy sin aliento con la conclusión, o justo con lo anterior a ella. Pero no podía parar. A ver quién es el guapo capaz de irse a dormir sin saber.
La acción transcurre en Rota, pueblo de la provincia de Cádiz con una base naval estadounidense que se instaló allí en tiempos de Eisenhower y Franco.
La Última Paloma es una novela a cuatro voces: la Sargento de la Guardia Civil Patria Santiago y el Cabo Mayor Sacha Santos, protagonistas e hilos conductores de la trama, nos van dando su versión de los hechos con su implicación personal en ellos. Un narrador en tercera persona nos retrotrae a los años en que la Base empezaba a formar parte de un pueblito de la Andalucía profunda y franquista, a la fuerza o no. Una cuarta voz mezcla pasado y presente, pero de esa no voy a hablaros más que en esta mención.
Y no voy a hacerlo porque, como ya os he dicho en muchas ocasiones, privaros de la sorpresa de lo que vais a leer sería juego sucio por mi parte, puesto que es parte fundamental de la historia, y no estoy aquí para analizar la novela en profundidad, sino para animaros a que la leáis porque merece la pena. Mucho. Quién soy yo para no invitaros a descubrir de primera mano tal y como yo he hecho, cada uno de los detalles y los giros inesperados.
Por eso no he leído más que por encima ninguna reseña antes de leer el libro y escribir esto, porque si algo aprecio de la novela negra que no tienen otros géneros, es su potencialidad de dejarme boquiabierta cada pocas páginas, de jugar con mi mente cuando creo tener el argumento encarrilado hacia una conclusión.... y constato, una vez más, que el escritor, cuando yo voy, él viene. Que lo que yo creo no puede estar más desacertado. Y esa es su maravilla, que la vida, a ciertos años, guarda pocas sorpresas.
Sí puedo mencionaros la complejidad, no ya solo de la trama, sino de cada uno de sus personajes fundamentales. Todos ellos tienen sus claroscuros, más oscuros que claros, que no llegas a entender hasta casi el final, pero llegas. Patria Santiago es tan fascinante como tortuosa, hasta el punto (álgido por otro lado) de llegar a comprender las motivaciones de un asesino tan siniestro que no les va a la zaga a los míticos Jack el Destripador o Rasputín. Sacha Santos es casi simple, un respiro en los ahogos, una recta entre curvas peligrosas, aunque también tenga sus recovecos, pero inteligibles.
(Nota: me hubiera encantado conocer más a la víctima. Una notable personalidad. Es la ausente omnipresente.)
Interesante y curioso resulta saber cómo afecta y cambia las costumbres y la superficie de un pueblo andaluz de los cincuenta la llegada de "los americanos", que lo convierten en una isla de libertad y libertinaje en plena dictadura ultracatólica y conservadora. No así en su fondo, que sigue manteniendo su carácter quasi-lorquiano, porque:
El calor del verano y la humedad hacen de Rota una urna sellada y envuelta en una niebla acuosa que la convierte en un secreto.
Marías, Men. La última paloma (Autores Españoles e Iberoamericanos) Editorial Planeta.
La Última Paloma es en definitiva, eso. Una urna de secretos pasados que rompe su cristal en el presente en forma de violentos asesinatos, y el esfuerzo por sacarlos a la luz, mientras ellos caminan hacia la suya propia, de dos miembros de la Benemérita, y algunos, pocos, implicados, pues todos tienen algo que esconder.
Mi conclusión es que la leáis, si no lo hacéis os perdéis algo bueno. Y mi opinión/evolución:
Que he sufrido, os lo garantizo. Ya sabéis que soy aprensiva. Pero tenía que saber.
No hasta el final Ana, pero sí hasta que faltaban 3 ó 4 páginas. Y sí Men, gracias a Dios lo encontré. Y comprendí, y me supo a gloria la esperanza.
¿Que por qué os pongo esto? Porque en estas novelas, las reacciones desde las tripas valen más que tres párrafos llenos de ornamentos. Si te mueve, te mueve. Y eso vale oro.
Y ahora sí, después de dormir algo voy a leer otras reseñas. Paraguas chicos, que por Tutatis, el cielo cae sobre nuestras cabezas.