Esta mañana he vuelto a leer "La tercera resignación", el primer cuento del libro de relatos Ojos de perro azul, de Gabriel García Márquez. Fue el primero que leí de él, el día que cumplí 17 años, y con el que me enganché a su literatura. Y también fue el primero que él mismo vio publicado en su vida. Lo que fue una primicia para él lo fue también para mí.
En sus memorias primeras, Vivir para contarla, García Márquez escribe lo siguiente, tras saber -el 13 de septiembre de 1947- que el cuento se había publicado en El Espectador:
Mi primera reacción fue la certidumbre arrasadora de que no tenía los cinco centavos para comprar el periódico.La lectura de hoy, con GGM de corpore in sepulto, me ha resultado un tanto tétrica, más allá del tono macabro del relato. Todo sea por el maestro que "sabrá entonces que va a subir por los vasos capilares de un manzano y a despertarse mordido por el hambre de un niño en una mañana otoñal".