Revista Política

La ultraderecha ya tiene VOX

Publicado el 19 enero 2014 por Fthin @fthin

La ultraderecha ya tiene VOX

Todas las encuestas publicadas últimamente por los medios plantean un escenario similar en el que por primera vez entre los dos grandes partidos (PP-PSOE) difícilmente superarán el 50% de los votos. Al mismo tiempo se produce un fuerte incremento del resto de partidos considerados minoritarios. Esta situación es entendida por muchos como el fin del bipartidismo, del régimen de turno de partidos de la transición, y aparece como un momento de oportunidad electoral que debe aprovecharse. A esta situación electoral se le debe unir el enorme descontento ciudadano con las políticas asumidas por los partidos tradicionales y el funcionamiento de los mismos, junto con las diferentes movilizaciones que han hecho despertar de la desafección a miles de personas. Es por ello que, ahora que se inicia el tiempo electoral con las elecciones europeas, a las que seguirán las autonómicas, municipales y terminarán en dos años con las generales, vemos como comienzan a aparecer nuevas opciones políticas en el panorama partidista. Ya se sabe que en momentos de cambio aumenta la competencia electoral.

En los últimos años hemos visto crecer UPyD (Rosa Díez), Ciutadans (Albert Rivera) en Cataluña, que tiene en Movimiento Ciudadano (Luis Salvador) su opción nacional, ha surgido y se ha desinflado el enigmático y postmoderno Partido X, y en la última semana se han presentado la opción Podemos (Pablo Iglesias) y VOX (Santiago Abascal). Con este panorama sólo nos falta que el populista Revilla se presente con su propio partido y completaremos el tótum revolútum de partidos oportunistas crecidos al amparo de las tertulias televisivas y poderes mediáticos. Algo se ha escrito ya en este blog sobre estos partidos que aparecen en periodos de crisis y que tienen como elementos comunes el fuerte liderazgo carismático, el populismo, nutrirse del descontento popular y la supuesta desideologización y regeneración política. Así que sólo voy a detenerme en VOX, nueva opción política de la derecha más retrograda.

Cuando era pequeño recuerdo los anuncios de tv sobre una marca de diccionarios que se llaman igual que el nuevo partido presentado esta semana. “Necesitas un VOX!” era su eslogan. Pero ¿quién necesita un partido como VOX?. Porque el nombre es la traducción del latín del término VOZ, alzándose por tanto como un grupo de personas que quieren ser la voz de mucha gente. Pero ¿Qué gente? Ellos se definen de centro-derecha, pero basta con leer los principios de su manifiesto para darse cuenta que son la derecha más recalcitrante. Sin entrar en analizar un contenido que destila lo más rancio de la derecha española (Estado unitario, el orgullo patrio, el libre mercado y la defensa absoluta de la propiedad privada, el “derecho a la vida”, la abolición del TC, la defensa a ultranza de lengua castellana…) en dicho manifiesto, por poner un ejemplo, aparecen las palabras Estado 28 veces, nación 27, español 14, España 12 y los conocidos términos neoliberales de eficacia y eficiencia en 5 frente a igualdad que sólo es nombrada en 3 ocasiones o democracia en 4, lo que nos da una ligera idea de por donde van sus tiros. Como todo en la vida es subjetivo y depende del cristal con el que se mire, si ellos mismos definen al Partido Popular como un partido de izquierda o extrema izquierda es normal que se crean de centro-derecha. Como decía Alfonso Guerra en alusión al PP, la derecha en España lleva toda la vida acercándose al centro pero es que viene de muy lejos. Si continúan tirando del centro hacia a la derecha van a conseguir que Franco aparezca como un demócrata centrista de toda la vida.

La ultraderecha ya tiene VOX

Estos temores previos sobre el talante reaccionario de VOX se ven contrastados cuando observamos a las personas que impulsan esta iniciativa política o los apoyos recibidos de lo más cañí del panorama ibérico. Una mezcolanza de personas que abarca columnistas de Libertad Digital (de centro derecha de toda la vida), ex políticos que se salen por el margen derecho del PP, toreros de las revistas rosas y personas ligadas al frente antiterrorista más ultra. Son aquellos mismos a los que cuando se habla de las víctimas del terrorismo sólo les vale la venganza y cuando se trata de las víctimas del franquismo te dicen que es una etapa superada, hay que mirar para delante y no guardar rencor, pelillos a la mar.

Destaca entre ellos Santiago Abascal, ex militante del PP y experto en “mamandurrias” que preside la Fundación para la Defensa de la Nación Española. Dicha Fundación tiene “la pretensión de recuperar e impulsar desde la sociedad civil el conocimiento y la reivindicación de la Nación Española; su realidad histórica, política, social y cultural”. O lo que es lo mismo, la representación del nacionalismo españolista de toda la vida que entronca con movimientos políticos del pasado totalitario. Son conocidas su acciones y actos de exaltación patrióticas, así se entiende que una entidad como la “democrática” Fundación Francisco Franco se adhiera a sus actividades. Igualmente muestra su talante centrista repartiendo premios «Españoles Ejemplares» a medios como “Libertad Digital” o programas como “El Gato al Agua” entre otros. Entre los patrones de la Fundación encontramos a personas del talante centrista de Gustavo Bueno, filósofo capaz de realizar afirmaciones xenófobas como que “Hay que destruir las raíces del islam”, conocidos tertulianos de Intereconomía como el sociológo Amando de Miguel, o Cristina López Schlichting, periodista de la COPE conocida por su homofobia.

Se ha dicho que en España la extrema derecha era algo residual, cuatro grupos ultras nostálgicos y poco más. No lo considero así. El PP tuvo éxito en la estrategia política de aglutinar a personas que van desde el centro político hasta la derecha más radical, como se puede apreciar en las medidas que toma cuando gobierna. Parece ser que algunos consideran insuficiente este Gobierno de derecha radical de Rajoy y han optado por ir por libre. Esto supone dos cosas: por un lado le sale un competidor al PP en la parte más derecha de su electorado y, por otro, nos daría una falsa visión más centrada del PP al tener alguien a su derecha. Pero no nos equivoquemos, la aparición de este grupo no conlleva un empujón al centro del PP, sino que son competidores en un mismo espectro electoral, la ultraderecha española de toda la vida. Visto de esta manera, espero que se peleen entre ellos fraccionando su caladero de votos tradicional, no sumen muchos votos del descontento y suponga una merma y división en los resultados electorales de la derecha española. No obstante, y esto quizás sea lo más importante, como consecuencia transversal veremos como incide la irrupción de este partido en el panorama político y la incidencia que puede tener en los discursos del resto de formaciones que podrán radicalizarse, bien por competencia o en sentido contrario por enfrentamiento, y crear una polarización peligrosa de la sociedad.

La ultraderecha ya tiene VOX

Ultraderechistas, fascistas, reaccionarios y todo el franquismo sociológico y político en general: ¡ya tenéis otro partido que representa vuestros rancios intereses! Este tipo de partidos posiblemente serían inconcebibles, podrían ser incluso ilegales, en una democracia de tradición moderna e ilustrada. Pero aquí difícilmente vivimos la amplitud del sueño democrático, siempre hemos sido rancios y la ilustración y su revolución es algo que pasó de largo… ¡Y así nos va!


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