La unidad de España se despacha en dos horas

Lo cierto es que yo el otro día me preguntaba para que iba a ir Rajoy a Cataluña después del 9 de Noviembre y hoy, por fin, lo hemos descubierto, no iba a nada. O quizás mejor si ha ido a hacer algo a rematar el ridículo absoluto que hizo el día nueve de Noviembre. Pues querido Mariano, si el ridículo lo hubieras hecho tu sólo, bendito de Dios, con tu pan te lo comas, pero es que eres, para nuestra desgracia, el presidente de todos los españoles, tú nos representas. Pues vaya como nos estás dejando, ni a la altura del betún siquiera, a esa altura nos daríamos con un canto en los dientes.

Ha ido, se ha reunido con los suyos, con los del PP de Cataluña, les ha dicho cuatro palabritas, que me niego a reproducir y, como diría el gran Chiquito: “Hasta luego Lucaas”. El otro día publicaba en este mismo blog la carta de una madre española viviendo en Cataluña, con niños en edad escolar, que estaba sufriendo en sus carnes, y la de sus hijos los estragos de los nacionalistas. Ella es una más de los muchos que hay en Cataluña esperando por Rajoy, no ya para que les ayude, aunque sólo sea para que les de unas palabras de aliento, Rajoy ni ha estado ni se le esperaba.

Muy bien Mariano, te retratas a diario como lo que eres, uno de los presidentes más traidores y cobardes de la historia de España. Que suerte tienes que haya habido un Zapatero de presidente del gobierno, tienes la gran suerte que el cejudo sea prácticamente insuperable, porque si no serías recordado como el peor presidente de Gobierno de España. Ahora serás el segundo, o quizás el tercero porque también ha existido un tal Felipe González.

Tú has pasado por Cataluña como si fueras el cometa Halley, que digo el Halley, has pasado a la velocidad de la luz. Se dice que el Halley tarda en hacer su órbita entre 74 y 79 años. Tú tardarás menos en pasar por Cataluña claro, antes hay dos elecciones y todavía tendrás la cara de recorrer España para vendernos algo. Pues que te lo compre quien quiera, o a quien vuelvas a engañar porque a mi ya no me engañas más.