La urbanidad y la cortesía son valores atemporales que deben ser mantenidos aunque en este mundo que nos rodea hay personas que no los practican porque los desconocen o prefieren ignorarlos.
La urbanidad y la cortesía son definidas por la RAE como "Cortesanía, comedimiento, atención y buen modo" y "Demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona."
La urbanidad y la cortesía se aprenden en casa observando el comportamiento de los adultos, culpables del comportamiento de los niños que, sin darse cuenta, pasan a convertirse en adultos como ellos.
La urbanidad y la cortesía son normas sencillas.
- Saludar con respeto cuando llegamos a cualquier lugar,
- Despedirnos siempre antes de marcharnos.
- Pedir lo que deseemos con un sencillo "por favor".
- Responder "gracias" cuando lo hemos recibido.
- Disculparnos cuando hemos cometido un fallo.
- Llamar a las puertas ajenas o de casa antes de entrar.
- Ceder nuestro asiento en los transportes públicos a cualquier persona que lo necesite independiente de la edad.
- Llegar puntuales a las citas programadas.
- Evitar pronunciar vulgaridades o palabras malsonantes cuando estemos de mal humor o por costumbre.
La urbanidad y la cortesía se pueden aprender en numerosos libros si se tiene interés; sin embargo, estos sencillos conceptos, aunque se memoricen, no servirán para que el comportamiento de una gran cantidad de personas cambie.
Comparto la sabia frase de Petrus Jacobus Joubert: "Los buenos modales son la flor de la humanidad. El que no es suficientemente cortés no es suficientemente humano."