A mis hijos les encantan las onomatopeyas. Desde bien pequeños que les encanta imitar los sonidos de los animales que más les gustan. El día que mi bebé gigante discutía con su padre el matiz entre el sonido del tigre y del león me quedé un poco alucinada.
Parece ser que las onomatopeyas forman parte de las fases iniciales del desarrollo del habla. Son un modo fácil de empezar a practicar sonidos y a interrelacionalos con su animal correspondiente. Así, antes de conseguir decir “perro”, lo identifican diciendo “gua gua”.
Hoy os traigo dos títulos que sirven para enseñarles a los niños estos divertidos sonidos. Los perritos los podemos ver por la calle pero las vacas o los cerditos, al menos aquí en las grandes ciudades, ya es más difícil.
La granja sonoraEn castellanoAunque el texto no es muy extenso, incluye los sonidos reales de varios animales de la granja. Las ilustraciones con muñequitos de plastilina son absolutamente deliciosos
El llibre dels sorollsEn catalánEn este caso somos las mamás las que tenemos que demostrar nuestras dotes onomatopeicas.
Hay infinidad de títulos pero estos son los dos que en casa más utilizamos.