Como ya muchos sabréis, el mundo de las plantas es algo que me ha atraído poderosamente desde que era un pitufo. Su importancia vital para la vida en la Tierra, su capacidad de sobrevivir donde nadie más lo hace y su inabarcable variedad, siempre me ha fascinado y, aunque esté viviendo en una ciudad donde lo verde parece que de ictericia ( ver Cal Trabal: el fin de L'Hospitalet? ), una planta no puede faltar a mi alrededor. Altas, bajas, con pinchos, sin pinchos, con flores, sin flores... todas tienen su "qué", pero si algunas hay que siempre me hayan llamado la atención, esas han sido las que tienen las hojas de varias tonalidades: las " variegadas". No obstante... ¿sabe porqué algunas plantas tienen este tipo de hojas tan apreciadas por los aficionados y los cultivadores? Son una prueba más de que las plantas, aunque no digan ni mu, saben más que los ratones colorados. Y si no se lo cree, acompáñeme y se lo explico.
La gran cantidad de variedades de plantas que existen han convertido la jardinería en un auténtico arte ornamental viviente. Es, justamente, por la búsqueda de lo raro y lo exclusivo, que las plantas que tienen sus hojas variegadas -es decir, veteadas o manchadas con diversas tonalidades de amarillo, verde o blanco-, tienen su público; ello hace que los viveristas, en vistas del negocio, se apresuren a reproducirlas. El único inconveniente es que plantas con sus hojas variegadas hay pocas, y que, incluso, individuos que eran variegados, acaben por dejar de serlo al cabo de un tiempo, la cual cosa complica enormemente la labor de los cultivadores. Pero, antes de nada...¿qué es la variegación?
Las hojas, como bien sabrá, tienen como función principal la de ser los paneles solares con los que la planta obtiene la energía para poder sintetizar su alimento a partir de los elementos que obtiene con sus raíces. Para ello, las hojas tienen en sus células unos órganos (llamados cloroplastos) cargados de pigmentos de color verde en los cuales, gracias a la acción del sol, se produce la fotosíntesis. Razón por la cual, las hojas son verdes. Sin embargo, las hojas "variegadas" no son todas de color verde... Algo extraño pasa.
Cuando una hoja está veteada con colores diferentes, tal vez a nuestros ojos sea muy curiosa y nos guste tenerla en nuestro alféizar, balcón o jardín, pero la realidad es que aquella hoja tiene un serio handicap: le faltan cloroplastos. O lo que es lo mismo, no tiene suficientes partículas verdes con las que hacer la fotosíntesis y, por tanto, la planta está perdiendo eficacia a la hora de alimentarse. Sería, por así decirlo, una discapacidad que, caso de afectar a toda la planta, pondría en peligro la vida de la planta y, de hecho, ver una planta amarillenta, no es muy buen síntoma. Sin embargo, y a pesar de esta deficiencia que en principio significa poner en desventaja a su poseedora, la planta las sigue generando. ¿A qué es debida esta aparente "tontería"? Investigaciones recientes han llegado a una curiosa conclusión: se están mimetizando.
Efectivamente, en medio de un bosque o selva, las condiciones de habitabilidad para una planta difieren mucho de las de un controlado y cuidado jardín. En libertad, las plantas están en la base de la cadena trófica, por lo que los herbívoros y los insectos los atacan de forma inmisericorde. Ello provoca que las plantas -ya sean grandes árboles o pequeñas matas- busquen la mejor estrategia para eludirlos ( ver El ardiente récord de una guindilla destripadora).
Es en esta lucha sin cuartel por la supervivencia que la planta, para evitar el ataque de parásitos que acaben con la hoja, la viste ella misma de " hoja enferma" volviéndose poco atractiva a ojos de un bicho hambriento. Y es que la lógica es aplastante: siempre es más apetecible una lozana hoja verde que una amarillenta hoja pocha. O si no, mírese usted mismo a la hora de escoger la mejor verdura del mostrador de la tienda. La planta lo sabe, y actúa.
De hecho, en un estudio efectuado con una planta tropical que saca parte de sus hojas variegadas, la Caladium steudneriifolium, el 7,88% de las hojas totalmente verdes eran atacadas por insectos y parásitos, mientras que las variegadas tan solo fueron atacadas el 1,61% de ellas. De esta forma se entiende que la planta, a pesar de perder en eficacia de captación solar, haga buen negocio generando hojas con algún tipo de variegación, ya que lo compensa con un menor ataque de depredadores y, por tanto, mejor salud en general.
De esta forma, la planta, que pudiera parecer indefensa porque no se mueve, demuestra que no lo es en absoluto ( ver El caso de los árboles asesinos) y se protege de los ataques de su medio ambiente de la forma más creativa e inteligente posible. Así las cosas, mientras que los animales piensan que es una hoja en mal estado, nosotros admiramos su belleza y vistosidad. Unos las dejan en paz, nosotros las admiramos y las reproducimos... ¿quién dijo que las plantas eran tontas?