Este año a Currita le ha dado fuerte por todo lo relacionado con las princesas de los cuentos. Así que, Papá Noel lo tenía clarísimo: disfraz de Cenicienta al canto, con diadema y varita mágica incluidas. Que ya sé que Cenicienta no tenía varita, que era de su hada madrina, pero la hemos tomado prestada.También, para contar esta batalla, he de decir que a Currita le gusta no, le fascina el chorizo. Es una pasada, desde que le salió el primer diente es chorizoadicta.
Cuando Currita vio su vestido se puso como loca a gritar:- ¡¡Mira un vestido de pinsesa , y el que yo queriba!! ¡¡Es pesioso!!Lo siguiente fue el paquete donde estaba la varita mágica, y sus ojos se agrandaron como cuando ves un burro volando. Absolutamente impresionada.La cogió, se puso de pie torpemente y dijo, mientras la sostenía justo como se sostienen las varitas mágicas:- Queroconvetí algo.
Paquita, (os recuerdo que Currita tiene profunda admiración por ella), la animó a convertir a un oso de peluche en rana, o en príncipe azul o en saltamontes. Pero a ella no le convencía:-No no, eso no. Me gusta mi oso, dijo muy pensativa.Y de repente lo tuvo claro:- Quero choiso.- ¿Chorizo?, preguntó Paquita sorprendida.- ¡Si! Quero convetí una sevilleta en choiso.Flipante. No podíamos parar de reír. Así que sus sueños de hicieron realidad. Mientras Paquita se ocupaba de distraerla, el Currante fue a buscar choiso. Sólo hubo que convencerla para que cerrara los ojos mientras hacía funcionar su varita. - Sevilleta, yo te conveto en choiso…¡¡Tachán!! Cuando abrió sus ojitos, tal y como ella ordenó a su varita, la servilleta se había convertido en chorizo.- Mira…, dijo impresionada.Esta vez sus ojos se agrandaron tanto como cuando ves una servilleta convertirse en chorizo. Y como dice ella: concolorín concolorado, este cuento se ha acabado.
Feliz Navidad.