Revista Cultura y Ocio

La vejez y la muerte en " el amor en los tiempos del cólera"

Publicado el 15 septiembre 2015 por Beatriz68

Como todos conocéis a Gabriel García Márquez, no os lo tengo que presentar. Lo que no sé es si todos habéis leído su novela "El amor en los tiempos del cólera". Es una novela perfecta, realista y mágica ,por supuesto. Una novela en donde la infancia, la juventud, el amor, el deseo, la vejez, la muerte, lo social...en fin la vida, son genialmente tratados y definidos . ¡Está todo tan bien dicho!

Hoy voy a hablaros de la muerte y la vejez. Diréis , anda que... Pero es que el libro empieza por ahí. La primera escena ya nos define lo que es la muerte: ponerse "a salvo de los tormentos de la memoria" ; una manera bella de nombrar la muerte sin nombrarla. También sabemos de la "autoridad" de la muerte. Un hombre se suicida para no enfrentarse a la vejez, y eso que había sido un hombre"indómito y acostumbrado a batirse hasta la última sangre", piensa extrañado su compañero de ajedrez, el doctor Urbino.

El doctor Urbino también ha llegado a la vejez. Su mujer, Fermina, lo sabe. García Márquez , como narrador omnisciente que es, la conoce perfectamente y nos lo cuenta con estas bellas palabras:

" Ella había ido descubriendo poco a poco la incertidumbre de los pasos de su marido, su trastorno de humor, las fisuras de su memoria, su costumbre reciente de sollozar dormido, pero no los identificó como los signos inequívocos del óxido final, sino como una vuelta feliz a la infancia. Por eso no lo trataba como a un anciano difícil sino como a un niño senil, y aquél engaño fue providencial para ambos porque los puso a salvo de la compasión."

¿Se puede decir algo más bonito hablando de la vejez? Yo creo que poco.

El doctor Urbino lleva tiempo sabiendo que " la muerte no era una probabilidad permanente...sino una realidad inmediata", pero ese día al ver a su amigo sin vida siente por primera vez la "presencia física" de la muerte, a pesar de que es un hombre acostumbrado a ella; claro que ahora... es viejo. Lo sabe porque se da cuenta de que está " prendido a este mundo por unas hilachas tenues que podrían romperse sin dolor con un simple cambio de posición durante el sueño", y porque, al llegar cada tarde el ocaso, lo que ve es una "tarde de menos que se iba para siempre". También el autor nos muestra otras características de esta etapa de la vida: la erosión de la memoria, sentir el peso de las vísceras, ser mayor que las personas más viejas , el miedo a la muerte como realidad inmediata; La paz sexual y el amor como servidumbre recíproca.

Y esa sombra, por fin alcanza al doctor, en el momento en que su matrimonio está más equilibrado, en el momento en que están más compenetrados. Y es que la sabiduría llega a la vejez, cuando ya es un poco tarde.

¿Y Florentino Ariza, teme a la vejez? Pues como todo el mundo, claro. Pero, quizá, él más porque siendo el eterno enamorado de Fermina, ve que se le va el tiempo , que se le pasa la vida, y no ha conseguido su sueño. Y no hay nada que le horrorice más que " la edad infame en que tuviera que ser llevado del brazo de una mujer". Tiene que conseguir el amor de Fermina antes de que llegue ese terrible momento. Ahora que son viejos, por lo menos poseen la serenidad y son capaces de verse tal y como son, reales, "dos ancianos acechados por la muerte, sin nada en común, aparte del recuerdo de un pasado efímero que ya no era de ellos sino de dos jóvenes desaparecidos que habrían podido ser sus nietos". Son ellos, pero no lo son, son los mismos, pero son otros.

Pero lo más importante y útil que nos enseña esta novela es que "...es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites" , e incluso más: no tiene límites a ninguna edad, en ningún momento, ni en ningún lugar.

LA VEJEZ Y LA MUERTE EN

Ocaso desde el faro de Cabo de Gata. Almería. España.

Publicado con Blogsy
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