Antonio Aponte.
Supongamos que los reformistas son honestos, supongamos que pretenden llegar al socialismo de las manos de los capitalistas, dando pasos cortos de manera que las aguas no se agiten. En este caso ¿cuál sería su destino? ¿Dónde terminarían sus esfuerzos? Para dar respuesta a las preguntas debemos establecer, explorar ¿cómo se mueve una Revolución para ser exitosa? ¿Cuál su velocidad? Veamos.
Los cambios para establecer el Socialismo topan con milenios de costumbres, de lógica establecida, se mueven en terreno espeso, con mil corrientes en contra. No así los intentos de reinstalar al capitalismo, estos bogan con la corriente, tienen asidero en lo profundo del alma humana tallada por siglos en la relación amo-esclavo.
Los cambios socialistas en las relaciones económicas de propiedad repercuten en la conducta de los pueblos con lentitud, mientras que los cambios en la conciencia modifican el comportamiento con celeridad. Los cambios en las relaciones económicas y en la conciencia, cuando son simultáneos, repercuten con inmediatez en la conducta de los pueblos, y son más difíciles de revertir.
Por otro lado, los cambios económicos para reinstalar al capitalismo siempre funcionan enlazados con una fuerte carga de conciencia capitalista, egoísta, actúan sobre la conducta siempre con velocidad alta, casi son inmediatos. Destruyen en segundos lo que costó años construir. Podemos adelantar que la votación de abril, la migración de los votos revolucionarios, tiene explicación en este hecho.
La falta de definición socialista, el coqueteo con las formas capitalistas, no es inocuo.
Se desprende que
los cambios reformistas siempre estarán en desventaja frente al capitalismo. Ir “paso a paso” hacia el Socialismo no podrá superar la conciencia capitalista, siempre la mantendrá viva y robusta.
Muchas Revoluciones han perdido esta carrera, se han derrumbado en el intento de aminorar el paso y de estimular formas capitalistas. En estas debilidades ha emergido el monstruo del capitalismo y las ha yugulado.
Cuando la Revolución es pacífica este cuadro se agudiza. Las tentaciones de aminorar la velocidad son muchas, las imponen las características del proceso. ¿Cómo será la velocidad de la Revolución Pacífica? Este es un punto crucial. La respuesta está en el cuido de los cambios en la conciencia, esos son los que determinarán el rumbo. Los retardos en el terreno económico, la
convivencia con el capitalismo ya existente, debe explicarse siempre resaltando que es transitoria, nunca presentarla como formas socialistas ¡Y jamás crear formas económicas capitalistas!
Resumiendo:
la velocidad de los cambios en Revolución Pacífica deben estar sustentados por los cambios en la conciencia, estos compensarán los retardos en los avances económicos, en la sustitución de las reliquias legales de la burguesía. Esto, aunque algunos no lo perciban, hace indispensable un pueblo culto, ideologizado, con alto respeto por la teoría, consciente de que sin teoría revolucionaria no habrá práctica revolucionaria, y que el practicismo pequeño burgués es espejismo de eficiencia, derroche de energía, fuegos artificiales.
¡Con Chávez, con Maduro!
¡Los problemas del Socialismo sólo los resuelve el Socialismo!