Revista Psicología
No permitirse hablar dedeterminados aspectos de la vida, encapsularse en unos miedos quedifuminan lo que realmente acontece hacen cabalgar y huir en la frase de “prefiero no ahondar en ello.” Hay pensamientos,situaciones que se encuentran astilladas y producen una herida, y nopor colocar una venda, harán que desaparezcan. En psicoanálisishablamos de que cuando algo no es tolerado por la conciencia, esreprimido, pero no por ello desaparece, sino que provoca que vayamospadeciendo por la vida sin ver, galopando en esa realidad. Al igualque los puntos ciegos de un vehículo, podemos echar la culpa a esoque no vi, que apareció de pronto, a los demás, a la suerte, aldestino... cuando en realidad tiene que ver con mi propia miradabañada en los tintes de lo reprimido, que matiza las experiencias ylas convierte en aliadas de nuestros miedos y de las teorías que losmantienen. Podemos tomar una posición pasiva, de impotencia, desorpresa, o producir pensamientos diferentes que nos harándesprender esa venda de los ojos y construir una vida nueva, ausentedel drama en el cual envolvemos nuestro padecer. Laura López, psicóloga-psicoanalista
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