Revista Economía

La venganza del campo ¿Por qué el sector primario es pisoteado y perseguido por la misma sociedad a la que da de comer?

Publicado el 23 octubre 2023 por Javier Pérez Caro @JavierPerezcaro
La venganza del campo ¿Por qué el sector primario es pisoteado y perseguido por la misma sociedad a la que da de comer?

Estimad@s amig@s

Sinopsis

El campo se vengará, al modo bíblico, con escasez y brutal encarecimiento de los alimentos, de la sociedad que lleva décadas despreciándolo.

La venganza del campo ya está aquí. Los precios de los alimentos suben con fuerza y las olvidadas crisis alimentarias amenazan con reaparecer. ¿Por qué? ¿Por qué ayer sobraban alimentos y hoy parecen faltar? El desprecio al campo y los desajustes de la desglobalización son las razones principales. Sin embargo, los responsables públicos culpan, injusta y demagógicamente, a distribuidores y agricultores, tratando de justificar sus propios yerros y desvaríos.

¿Cómo se ha podido llegar a esta triste, injusta y suicida situación? ¿Cómo ha sido posible que la sociedad desprecie a los que les dan de comer? ¿Por qué los agricultores, los ganaderos y los pescadores hemos pasado de héroes a villanos? ¿Por qué la sociedad actual no solo no nos valora, sino que, al contrario, nos considera enemigos del medio ambiente, parásitos de la PAC, «señoritos» de otros tiempos, maltratadores de animales? ¿Por qué, si los precios suben, se siguen abandonando nuestros campos?

Este breve ensayo trata de comprender los porqués y los cómos de esta situación paradójica y contradictoria. Castigamos a las gentes del campo mientras les exigimos alimentos abundantes, sanos y a precio de saldo. Queremos comida buena, bonita y barata, pero sin agricultura ni agricultores; carne sin ganadería ni ganaderos; pescado sin pesca ni pescadores. Protestamos por el encarecimiento de los alimentos al tiempo que prohibimos los trasvases, perseguimos a las granjas o cuestionamos los regadíos y los abonados, entre otras muchas limitaciones o interdicciones. Y, claro, eso no funciona.

A lo largo de estos años, los agricultores agonizan sin que a la sociedad que alimentan parezca importarle lo más mínimo. Los agricultores, ganaderos y pescadores no son parte de problema, son parte de la solución. Desean trabajar en paz, con dignidad, de manera sostenible y rentable, para cumplir con su misión trascendente de proveernos de alimento. No trabajan solo por el pan de sus hijos; lo hacen, sobre todo, por el pan de los hijos de todos los demás.

«La agricultura es la profesión propia del sabio,

la más adecuada al sencillo

 y la ocupación más digna para todo hombre libre»[i]

Introducción

(…) las técnicas agronómicas han avanzado tremendamente y el sector primario, un sector de vanguardia, ha estado presto a incorporar las nuevas tecnologías para la mejora de sus producciones. Mejoras genéricas nuevas técnicas de cultivo, optimización de regadíos e incorporación de la digitalización a su cadena de valor (…) han incrementado sensiblemente los rendimientos (…) los agricultores, ganaderos y pescadores pueden dar de comer, con generosidad, abundancia y calidad, a una población mundial que se ha multiplicado por cuatro en el último siglo. Una proeza digna de ser valorada (…)

(…) no ha sido así. La sociedad, lejos de agradecerles su sacrificado esfuerzo, les apunta con su dedo acusador. “¡Culpables!” (…) son despreciados, minusvalorados, cuando no abiertamente insultados, como retrógrados, parásitos, remoras, enemigos del medio ambiente y maltratadores animales (…) ¿Quién quiere trabajar en el campo después de décadas de precios ruinosos y de cruel desdén colectivo? (…)

(…) siguen sin comprender que los profesionales del sector primario son parte de la solución, que no del problema (…)

(…) ¿Quién es el responsable de que la comidabuena, bonita y barataa la que estábamos acostumbrados se encarezca inesperadamente? (…)

Los alimentos, más allá de cuestiones climáticas, suben por los desajustes de la desglobalización y por las restricciones y dificultades de todo tipo que el sector agrario, despreciado, ha experimentado durante estos últimos años. La desglobalización ha añadido incertidumbre e inseguridad a la cadena de suministros, lo que cebará la subida de precios agrarios. Tampoco la distribución es la responsable de la subida. Al contrario, su poder de compra, muy superior al de los productores, deflactó y deflacta los precios agrarios, presionando a la baja lo que percibe el agricultor , hasta, en ocasiones, el mismo punto de ruina (…)

(…) hace falta inteligencia, voluntad, tecnología y, también, discurso para que la sociedad los deje trabajar con rentabilidad (…)

(…) la sociedad no toma sus decisiones por cuestiones técnicas, sino que principalmente lo hace por las ideológicas y morales (…) si existe una estrategia energética, ¿por qué no habría de existir una alimentaria, más necesaria y perentoria aún?

La agricultura ha superado enormes retos técnicos y agronómicos, pero le ha faltado la construcción de discurso y de comunicación (…)

«El hombre retrocede,

 el lobo avanza»[ii]

¿El agricultor es un héroe o un villano? Ni lo uno ni lo otro, somos profesionales con un alto grado de vocación, comprometidos con una gran responsabilidad dar de comer a la población, preservar el medio ambiente, cuidar el entorno… pero por otro lado creo que muchas veces no hemos manejado bien la comunicación, no se proyectó una imagen real de nuestro trabajo y de aquellos barros estos lodos.

Ahora que los precios de la cesta de la compra están disparados lo fácil es decir que el agricultor se está lucrando. ¿Nos hemos parado a preguntarnos cómo está afectando la guerra de Ucrania al precio de los fertilizantes, el gasoil B, o los cereales por ejemplo?

Manuel Pimentel recopila en La venganza del campo artículos escritos estos últimos años donde pone el foco en la protección /desprotección del sector agroalimentario. Las criticas al agricultor, la criminalización de las granjas o la persecución a la que parte de la clase política somete al sector.

Conozcamos al sector, si lo hacemos puede que lo critiquemos menos. Por nuestra parte como profesionales del mismo trabajemos en explicar mejor qué hacemos, cómo lo hacemos, cuánto valor aportamos /compartimos.

«La Agricultura se ve fácil cuando el arado es un lápiz

y se está a mil millas del campo de maíz»[iii]

La venganza del campo (I)[iv]

Lo llaman cadena de valor. El precio final que paga el consumidor debe retribuir a la cadena de supermercados, al fabricante, al transportista, al almacenista y finalmente, al agricultor. ¿Adivina quién es el que menos percibe de la cadena? (…)

(…) algunos países, como China, están comprando masivamente tierras en terceros países (…) ¿Qué hacemos nosotros? (…)

La venganza del campo (II)[v]

La sociedad ―al menos la desarrollada― está convencida de que tiene la alimentación garantizada de por vida (…) minusvalora la importancia de la agricultura y los agricultores (…)

(…) ningún estratega contempla la hipótesis de la carencia de alimentos. Pues se equivocan. Deberían considerarla como una posibilidad cierta y no tan distante en el tiempo.

(…) con menos tierra, menos agua y una energía más cara, tendrán que ingeniárselas para que no falten alimentos a una población creciente (…)

Sine agricultura, nihil.

Sin agricultura, nada[vi]

(…) el campo se abandona, las ciudades grandes crecen, en detrimento de ciudades pequeñas y pueblos. El interior de España se despuebla, los campos se abandonan (…)

(…) el urbanita cree que el campo es un lugar idílico en el que pasar el fin de semana (…) a los agricultores los llama campesinos y los toma como una rareza etnográfica (…) los urbanistas aman los paisajes vírgenes y se muestran sensibles contra la huella de su actividad agraria con sus roturaciones, sus abonos, sus fitosanitarios, su maquinaria y su agroindustria.

(…) en 2050 habitaran el planeta 9700 millones de habitantes. Para poder abastecer su demanda, la producción agrícola tendrá que incrementarse al menos un 50% (…) ¿Se puede conseguir el milagro? (…)

¿Cuándo comenzamos a odiarnos como humanidad?[vii]

(…) si limitamos nuestras actividades agrícolas, ¿Cómo comeremos? Pues nadie parece interesado en responder a esa pregunta esencial (…)

(...) cada día que pasa, como humanidad, nos odiamos un poco más, al tiempo que odiamos crecientemente a los que trabajan la tierra para darnos de comer porque no se adecuan a nuestro imaginario de un mundo rural destinado al parecer, exclusivamente, al paseo y la sonrisa.

Los agricultores despreciados por los urbanitas[viii]

Los alimentos, para los urbanitas, son algo que aparece casi por generación espontanea en los anaqueles de los supermercados. Son abundantes, variados, saludables y, en términos relativos, muy baratos (…)

Cometemos un gran error como sociedad si olvidamos el papel estratégico de la agricultura como productora de alimentos. Hoy parece que nos sobran, pero algún día podrían resultar escasos (…)

(…) si los agricultores no logran ser vistos como agentes imprescindibles y estratégicos para la producción de alimentos, su papel seguirá siendo de extrema debilidad (…)

El rugido del campo[ix]

El campo se nos muere. Día a día se desangra. Explotaciones invisibles con las actuales estructuras de costes e ingresos que drenan la vida y la economía de agricultores y ganaderos. Los precios agrarios, a niveles de veinte años atrás, no dan para cubrir siquiera lo que cuesta su producción ¿Cómo viven entonces, las familias que aún están empeñadas en explotar la tierra que hasta ahora los sustento? (…)

Ya no queremos crecer, pero no conocemos alternativa[x]

¿Crecer? Ya no estamos seguro de que el crecimiento de por sí nos proporcione un futuro viable. La tierra debe tener un límite sostenible e intuimos que sobrepasarlo tendrá graves consecuencias (…)

Foodtech o la revolución alimentaria[xi]

El concepto foodtech se sustenta en tres patas. La más importante, sin duda, la tecnología, la real palanca de transformación. La segunda, la de la inversión necesaria para poner en marcha costosísimos proyectos de investigación. La tercera, los valores y tendencias sociales a los que sirve. La mezcla de todo ello ―necesidad alimentaria, dinámicas sociales y económicas, posibilidades tecnológicas― ha hecho surgir con fuerza el foodtech, el conjunto de las innovaciones, a veces disruptivas, que se aplican a toda la cadena agroalimentaria, desde el campo al consumidor, pasando por la distribución, manipulación y restauración, terminando por el reciclaje de los desperdicios (…)

La venganza del campo (III)[xii]

(…) el trigo ucraniano se pierde sin poder salir de puerto, la India prohíbe la exportación de trigo; Camboya y Vietnam, la de arroz; entre otros muchos dislates. ¿Qué ocurre? ¿Si hasta ayer sobraban alimentos, por qué parecen faltar ahora? (…) la escasez alimentaria, ¿se debe a problemas agronómicos? ¿Es que la agricultura y la ganadería son incapaces de abastecer la demanda mundial? (…) ¿Cuál es entonces el problema? El problema no radica en la insuficiente producción agraria, sino en los desajustes que se producen en su distribución global (…)

¿Quién quiere trabajar en el campo?[xiii]

(…) a la pregunta clásica de “¿estudias o trabajas?”, un primero responde “tengo una startup de data analytics” y un segundo “tengo una granja de cerdos”, ¿Quién tiene más posibilidades de triunfar? (…) ¿Cómo atraer entonces talento joven a un sector que hemos desprestigiado entre todos? ¿Cómo conseguir relevo generacional en explotaciones que, a día de hoy, exigen un gran sacrificio sin verse recompensadas por la adecuada rentabilidad ni prestigio social?

¿Tenemos derecho a comer animales?[xiv]

(…) en estos últimos años ha ido apareciendo un activismo que ataca, directamente, a granjas, mataderos o restaurantes especializados en productos cárnicos. Podríamos pensar que se trata de la opción de una minoría radical (…) pensamos que no se trata de algo esporádico ni pasajero, sino que, en verdad, es la avanzadilla de una corriente de pensamiento, que aúna vegetarianismo y animalismo y que tratará de reducir, cuando no directamente de prohibir, el consumo de carne, lo que supondría mermar y encarecer nuestra calidad alimentaria, además de la desaparición de un sector que genera riqueza y empleo (…)

La carne y los ganaderos[xv]

(…) comamos proteínas animales, pero sin matar animales. Comamos carne, pero sin ganaderos, ni granjas, ni mataderos. ¿Cómo? (…) con granjas de insectos (…) con falsa carne de proteína vegetal (...) con carne cultivada en laboratorio (…)

(…) ¿Tiene sentido (…) arremeter contra una granja de cerdos pero, por el contrario, bendecir y alabar una de insectos? ¿No consumen o impactan por igual? ¿No resulta paradójico protestar contra las granjas y, sin embargo, dar la bienvenida a enormes y contaminantes industrias, todo química, depósitos y biorreactores, que fabrican carne sintética? (…)

«Los imperios,

una vez alcanzado su esplendor,

 siembran la semilla de su decadencia»[xvi]

La venganza del campo

¿Por qué el sector primario es pisoteado y perseguido por la misma sociedad a la que da de comer?

Manuel Pimentel

ALMUZARA

Link de interés

Foodtech: La gran revolución de la industria agroalimentaria

• El fin del mundo es solo el comienzo

«Sin agricultura,

 ningún futuro es posible»[xvii]

ABRAZOTES


[i] Marco Tulio Cicerón

[ii]

[iii] Dwight D. Eisenhower

[iv] Cinco Días, 19 de agosto de 2009

[v] Cinco Días, 20 de noviembre de 2009

[vi] La información, 23 de octubre de 2018

[vii] La información, 3 de septiembre de 2019

[viii] Cabeceras de Publicaciones, 16 de octubre de 2019

[ix] Cabeceras de Publicaciones, 19 de febrero de 2020

[x] EsPúblico, 12 de noviembre de 2021

[xi] The Objective, 11 de mayo de 2022

[xii] The Objective, 7 de junio de 2022

[xiii] The Objective, 23 de marzo de 2023

[xiv] The Objective, 18 de mayo de 2023

[xv] The Objective, 31 de agosto de 2023

[xvi] introducción a la historia, Ibn Jaldún

[xvii] Manuel Pimentel


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