Revista Cultura y Ocio

La venta empieza por un NO

Publicado el 03 mayo 2018 por Icastico

Señoras y señores comerciales de banca, oenegés, seguros y demás cantimploras: NO es NO. Esto también va por ustedes. NO tengo tiempo. NO puedo atenderle. NO me interesa. Y cuando me hinchan las gónadas, cosa cada vez más sencilla debido a mi edad, también vale el NO me apetece escucharle, que llevado al extremo por su insistencia puede derivar asimismo en un NO me sale de los huevos, extremo, debo reconocer, al que todavía no he llegado para mi sorpresa. La educación es una cosa y la paciencia otra. Cualquiera de las dos puede fallar y de la segunda ando algo cojo. Ta claro, señoras y señores vendedoras / comerciales, sales managers y ‘anglicaners’ de similar pelaje? Pues por lo visto, no.

Me recuerdan a mi padre, que en paz descanse. Allá por los setenta y pico cuando quería iniciarme en las labores comerciales, esas que procuraban el sustento para su extensa prole, me hacía tragar cada poco una de sus píldoras favoritas: La venta empieza por un NO. Hasta que me entrara en la mollera. Lo he tenido muy presente. Conste que en aquella época se compraba y vendía de todo, como ahora pero con muchos miles de artículos menos. Su argumento favorito, el de muchos, era el ‘esto se vende como churros’ y acto seguido hacía firmar al cliente. Él era un poco pícaro y siempre anotaba más de lo que le pedían, por tal motivo también le devolvían facturas con más frecuencia. Para eso no tenía píldora. Se marcaba un objetivo diario. Si lo alcanzaba a las doce de la mañana, se retiraba. Se daba un homenaje. Una buena pitanza, una golosada (murió de diabetes a los 66) y a la pensión a descansar, sobre todo cuando se movía por la España del Sur que lo abrasaba de calor. De vez en cuando lo llamaba alguno de sus representados. Don Antonio, Bazar Juan, de Alicante, ha devuelto la factura, y se le atravesaba la pierna de cordero que había tomado a la salud de Juan un mes antes de la fatídica llamada. A tomar por saco la comisión.

A lo que iba, que parezco windows abriendo ventanas. Me acaba de llamar una ONG que ya me ha dado la brasa en otras ocasiones y acabé colgando por primera vez. Me siento mal. Y eso que suelo ser solidario con la tropa comercial porque he militado en sus filas y agotado los rangos, desde soldado a general. Le digo que no me interesa y otras variantes citadas, incluida, esta vez, NO me apetece escucharle. Punto. Me sale el tipo con algo que me pone del hígado y he comprobado que es argumentario recurrente ante los NOES pertinaces: Usted no sabe lo que le voy a decir / hablar, no le entretendré mucho, cual es el motivo de que no quiera atenderme? Colgué porque estaba regurgitando la frase esa que quería evitar. Pero mira, chico, te lo digo ahora offline. ¿Qué parte del no te resulta difícil de entender con tu preparación? Por qué tengo justificar nada ante ti, muchacho? En base a qué tengo que explicarte un NO, chaval? Así que ponte a estudiar algo de asertividad. La venta también puede acabar por un NO, admítelo. Y suerte, no soy rencoroso.

Anuncios

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista