Revista Coaching

La ventaja competitiva de Pfeffer

Por Juan Carlos Valda @grandespymes
El entendimiento de las causas ayuda, porque puede guiar la acción; pero por sí sólo no basta, es preciso actuar"

Las empresas trabajan por ser competitivas. Poder competir en los mercados gracias a sus mejores cualidades, servicios y productos es el objetivo de las empresas y sus directivos. Cuando una empresa logra diferencias que la hacen crecer, se dice en el contexto del management actual, que consigue una ventaja competitiva. Una ventaja competitiva es por definición, cuando el producto o servicio de una empresa, tiene alguna cualidad (precio, servicio post-venta, características, innovación, coste de producción, etc.) que la diferencia de la competencia y que hace que el cliente decida comprarlo. Por ello, estas razones hacen que en la actualidad, las ventajas competitivas sean un tema de enorme importancia para las empresas y organizaciones. Michael Porter es el responsable de que este concepto se haya extendido y generalizado en muchas empresas. Para Porter dos son los tipos de ventajas competitivas que se pueden observar en el mercado:

  1. El liderazgo en costos, o sea la capacidad de realizar un producto a un precio inferior a los competidores.
  2. La diferenciación del producto, o sea la capacidad de ofrecer un producto distinto y más atractivo para los consumidores frente a los productos ofrecidos por nuestros competidores.

Porter propone tres estrategias para lograr una ventaja competitiva:

  1. El liderazgo en costes, que es la estrategia más clara y representa una oportunidad si la empresa es capaz de ofrecer en el mercado un producto a un precio inferior.
  2. La diferenciación, que constituye una opción atractiva para empresas que quieren construir su propio segmento en el mercado, fijándose en compradores que buscan características peculiares del producto distintas a las que ofrecen otras empresas.
  3. El enfoque, que consiste en especializarse en un segmento del mercado y en ofrecer el mejor producto pensado expresamente para los clientes potenciales.

Jeffrey Pfeffer, de la Universidad de Stanford (EE.UU.) y experto en Ética Empresarial, cuestiona las ventajas competitivas de Porter. Para Pfeffer, la nueva ventaja competitiva es la perfecta administración del recurso humano. La administración excepcional de los recursos humanos es la ventaja competitiva mas sólida y sostenible. La clave es desarrollar una ventaja competitiva a través de las personas, es decir, que a través de la fuerza de trabajo se favorezca o desencadene un proceso de generación de valor, que a la postre, sea la generadora de diferencias que permitan lograr ventajas competitivas.

Una ventaja competitiva no puede surgir en un día de inspiración, la ventaja competitiva basada en las personas es algo más potente, está unido al talento de las personas y a sus competencias, habilidades y capacidades. Por este motivo no se inventan las ventajas competitivas, lo importante es descubrirlas. Por tanto, las empresas, a través de su gestión de personas, pueden convertir sus recursos humanos es una contundente arma competitiva. Aunque existen diferentes obstáculos y barreras que pueden dificultar conseguirla, como las resistencias al cambio, el hacer el trabajo como siempre se ha hecho, falta de compromiso e implicación, etc., se pueden adoptar políticas mucho más audaces y eficaces en relación a la gestión del talento, la gestión de lo que se denominan los intangibles de una empresa.

Cuando una empresa gestiona su capital humano teniendo en cuenta los intereses de las personas, se obtienen unos mejores resultados por la sencilla razón de que la productividad mejora. Por el contrario, una gestión basada en una maximización del beneficio contribuye a formar empresas y personas egoístas en el que todo vale con tal de alcanzar los objetivos propuestos. Una gran aportación científica de Pfeffer es que en sus escritos trata de probar la relación entre la buena gestión de personal y los beneficios, proponiendo que la manera en que la empresa dirige a su personal es la fuente real de la ventaja competitiva. Es decir, es alcanzar la ventaja competitiva a través de las personas.

Algunas buenas prácticas para conseguir esa ventaja competitiva podrían ser las siguientes:

  • Fomentar el trabajo en equipo.
  • Promover la seguridad y la estabilidad en el empleo.
  • Aplicar el empowerment a través de una mayor responsabilidad del trabajador en el ejercicio de sus tareas.
  • Realizar una selección y reclutamiento de trabajadores cuidadosa y objetiva.
  • Aplicar una política salarial basada en la productividad y mérito del trabajador.
  • Garantizar unas compensaciones satisfactorias.

En resumen, Pfeffer reconoce que los resultados organizacionales dependen, cada día más, de las consecuencias del comportamiento de conjunto de personas que integran una organización. De esta forma, las empresas deben avanzar en proporcionar una gestión de personas más rentable y humana. Para finalizar, es apropiada una reflexión de Pfeffer que ayuda a entender la situación actual:

"Después de todo, hablar no cuesta nada y muchas empresas dicen que la gente es su activo más importante, aunque sus acciones lo desmienten."

Volver a la Portada de Logo Paperblog