Analizar un partido después de jugado se puede considerar como ventajista, pero la revisión debe ser una manera de profundizar más en las tácticas. El Real Madrid, en el clásico contra el Barça, tuvo 2 ventajas, 2-1 en el primer tiempo y 3-2 en el segundo. Como sea que en el primer tiempo, salvo causa mayor, no se suelen cambiar los planteamientos tácticos, el momento más propicio para hacer movimientos que aseguraran esta ventaja habría sido entre este tercer gol, anotado por Cristiano Ronaldo en el minuto 55 y el gol de Messi, anotado 10 minutos después.
El planteamiento inicial de ambos equipos fue el siguiente:
Pese a lograr con él estar en ventaja, se habían visto varias carencias importantes. Carvajal, el lateral derecho, jugador joven con poca experiencia en choques como estos, había sido superado por Iniesta, una marca muy complicada para él, por su calidad y movilidad. Otro problema era Messi, que se alejaba de los centrales para situarse en la zona donde podía jugar con más espacios, por detrás de los 2 interiores blancos, en la zona de Xabi Alonso, jugador incapaz, por sí sólo, de sostener al mejor jugador del mundo.
Una solución bastante interesante a este problema habría sido la inclusión de Illarramendi, en el puesto de Di María o Bale, la elección estaba más o menos empatada, si bien el argentino había sido el mejor de la primera parte, su actuación había ido a menos y tenía ya una tarjeta amarilla. El galés no había hecho un buen partido, pero aún estaba bastante fresco de piernas. En cualquier caso, el dibujo habría sido parecido, Illarramendi doble pivote junto a Alonso. Con sólo un movimiento, se mejoran sustancialmente las 2 principales lagunas defensivas, Illarra puede ir en ayuda de Carvajal, realizando coberturas y a la vez se deja a Messi en una especie de caja entre los 2 centrales y los 2 mediocentros.
Formaciones tras el cambio de Di María/Bale por Illarramendi
Una vez recuperado el balón, las opciones son sencillas, Alonso o Modric en corto, para que busquen a Benzema, Cristiano o Di María/Bale o directamente hacia esta tripleta si la presión culé no deja tiempo para actuar. La reacción del Tata, al que no le valía ni la derrota ni el empate, sería, seguramente, la de intentar ensanchar el campo (de hecho este cambio se hizo realidad, tras el penalty de Ramos), retirando a Cesc, poco acertado y poniendo en el campo a Pedro, en gran forma o Alexis, que siempre juega bien contra los blancos. Iniesta se situaría en la zona de máquinas, el recién entrado en banda derecha y Neymar pasaría a la izquierda, su posición original, donde más cómodo se encuentra.
El peligro azulgrana se multiplica, si bien sus laterales siguen sin subir, temerosos por los veloces extremos blancos, Messi se junta con Xavi en la zona central, la banda derecha ahora es incisiva, Iniesta se mueve a su antojo, ofreciendo paredes y apoyos y Neymar está presto para desmarcarse verticalmente, buscando la espalda de Carvajal. Es el momento de que Ancelotti equilibre la defensa y realice su segundo cambio, aunque quizá sólo haga falta que sea táctico. Bale/Di María por Cristiano Ronaldo, el portugués sigue siendo peligroso, partiendo desde la derecha y cubriendo todo el frente de ataque, Bale/Di María estarían como laterales largos en su banda natural, apoyando y, si tienen fuelle, subiendo con peligro y Benzema se tiraría hacia banda izquierda, para impedir las subidas de Alves, desaparecido hasta entonces.
Planteamiento final
Con todavía 2 cambios para cada equipo, el entrenador de los locales habría podido apuntalar todavía más su flanco izquierdo, con Coentrao por Marcelo o dado descanso a alguien de los de arriba, poniendo a Isco. Nunca sabremos cómo habría sido el partido de haber decidido ese movimiento Carletto en el momento en que decimos pero es posible que, en el análisis que haga en el partido, se arrepienta de no haberse movido hasta tener la situación muy en contra.