Confesamos que, cuando el hermano de una de nosotras (ese que nos trae objetos interesantes y de lo más variopintos de las obras en las que trabaja) se personó en nuestro local con estas dos inmensas ventanas, nos entró un poco de angustia... Más que nada por el lío perpetuo de cosas y trabajos en proceso que tenemos en los pocos metros cuadrados del taller... Las dejamos aparcadas durante un tiempo hasta que...
..., nos llegó una inspiración que tardamos poco en poner en práctica. Rebuscamos en una carpeta donde vamos guardando láminas, cromos..., algunos con bastantes años, como podéis observar, hasta que dimos con algo que podía valernos.
Le dimos la vuelta a la ventana y, con cinta adhesiva suave, fuimos sujetando unas hojas ilustradas de un calendario con más de veinte años. ¿Queréis que volvamos a girarla?
¿Qué tal? A nosotras nos sorprendió mucho cuando vimos lo bien que habían casado los dos elementos; la ventana, con sus casi cien años de vida, y las bonitas ilustraciones.
Y esta bonita unión nos ha convencido de la necesidad de dejar las ventanas tal cual, con las muestras que el paso del tiempo ha dejado en su "piel" (al principio pensamos en pintarlas de nuevo...)
Habréis visto lo alta que es...
A la hora de darle un uso decorativo, tal cual, apoyada sobre una pared queda preciosa, mucho más de lo que se aprecia en la imagen, pero es que estos días no ha parado de llover y la luz ha sido un problema enorme para las fotos, por lo que, realmente, no le hacen justicia...
Nos la imaginamos en una entrada, dando la bienvenida a casa...,
..., con todo su sabor vintage y acogedor.
Aunque también nos la imaginamos colocada horizontalmente como cabecero, con las ilustraciones en esa misma dirección... ¿Se os ocurre algún otro uso?
!FELIZ FIN DE SEMANA!