LA VERDAD
La verdad siempre nos ronda, siempre la buscamos. ¿Tu verdad? ¿Mi verdad? LA VERDAD. Vamos a buscarla y cuando la encontremos sigamos buscando.
Durante varios años he tenido la suerte de acompañar a casi todas sus conferencias en el Perú al P. Manuel Carreira, S.J. Catedrático de de Física y Astronomía de la John Carroll University, Cleveland (Estados Unidos) y de Filosofía de la Naturaleza en Comillas (Madrid). En una de ellas, allá por el 2000, un filósofo arequipeño le planteó la posibilidad de conocer la verdad desde el campo científico, el filosófico y el teológico.
De modo espontáneo, dio una magistral respuesta, que tuve la suerte de grabar, transcribir y dársela de nuevo al P. Carreira para que la corrigiese. Se la comparto porque me encantó y creo que puede ser muy útil en medio de un ambiente que cada se torna más relativista.
La verdad es una en cualquier campo, pues la verdad es la expresión de lo que las cosas son, no de lo que a mí me parece sino de lo que las cosas son.
La filosofía no es una colección de opiniones todas igualmente válidas, hay una verdad y todas las demás son errores; será difícil saber cuál es la verdadera, pero tiene que haber una que es la verdadera, y todas las demás son errores. De modo que, en ese sentido, no hay diferencia entre la filosofía y cualquier otra forma de conocer.
En ciencia también ha habido diversas opiniones, pero llega el momento en que se dice: " estas no representan a la realidad, son falsas"; pues bien, en filosofía es igual; lo que no representa la realidad es falso. El idealismo, por ejemplo, es una estupidez porque no representa la realidad de ninguna manera, ni puede uno vivir como un idealista; pues ni siquiera puede pedir de comer, ni puede hablar con nadie. Si no cree que los demás existen, no va a hacer nada. De modo que no hay que tomar en serio cualquier tontería que uno dice porque se llame filósofo y tenga más o menos prestigio en su momento. Hay que llamar a las cosas por su nombre.
La teología lo mismo; no es verdad lo que se opone a la realidad y a la lógica. Un politeísmo automáticamente es absurdo, no puede ser verdad, porque el concepto mismo de Dios es incompatible con la pluralidad; y lo mismo podemos decir de otras cosas. De manera que no es posible poner en el mismo plano diversas explicaciones simplemente porque se llamen diversas filosofías, diversas teologías; sólo una es la verdad. No hay "mi verdad" ni "su verdad" ni la verdad de los griegos, ni la verdad de los chinos, ni la verdad de Kant, ni la verdad de Hume ni la verdad de nadie. Hay la verdad. Será difícil encontrarla, sí. ¿Y cómo debe encontrarse? por la lógica estricta del principio de contradicción y de razón suficiente, y eso es lo mismo que hacemos en matemáticas.
En matemáticas no se puede decidir con un experimento si las cosas son así; en matemática pura se hace solamente con el raciocionio lógico, por el principio de contradicción y por raciocinio y nada más. Esto mismo es aplicable a la filosofía y a la teología.
Y la fe sólo es la fe en cuanto que es conocimiento por testigos de un hecho histórico de revelación, nada más y nada menos. La fe no es un tipo de vivencia personal o que me ocurre a mí y nadie puede tener parte en ello; la fe es primariamente -esto se olvida muchísimo- un modo de adquirir conocimiento por testimonio. Por eso, cuando yo voy a un juicio criminal, necesito testigos dignos de fe y ésa es fe humana, que da certeza. Esa misma fe es necesaria en la base de una religión que dice que es revelada por Dios, que no es un invento de ningún filósofo. Esa fe, por lo tanto, necesita la base histórica y puedo con el mismo método tratar de si Cristo existió que si existió Julio César. De igual modo, puedo estudiar todo el contenido de la enseñanza de Cristo que de la enseñanza de Platón.
Una vez que tengo esta fe histórica, si por ella llego a una convicción racional, objetiva, de que Cristo hizo cosas que demuestran que era Dios, entonces tengo una convicción objetiva para creer lo que Él dijo. Y en eso se basa la fe divina. Y sólo después se da lo que se llama la fe como virtud, que ya no añade nada a mi conocimiento, sino que me interpele con la ayuda de Dios a ajustar mi vida a esa doctrina recibida de Cristo.
De modo que no hay que confundir los tres significados de la palabra fe, y esto se hace constantemente. Todo lo que yo conozco prácticamente, el 99%, lo conozco por fe, porque alguien me lo ha dicho, desde la teoría atómica que me dice que esta mesa está hecha de partículas en movimiento, hasta el hecho de que existe la Antártida; lo creo porque me lo han dicho.
Toda la historia es fe, casi toda la ciencia es fe, etc. etc. De modo que no hay que mezclar los conceptos ni pasar a lo irracional cuando se trata de filosofía y teología. El hombre es racional en todos los campos en la misma medida o no es hombre.
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