Revista Coaching

La verdad de lo sencillo y ordinario

Por Mbbp

LA VERDAD DE LO SENCILLO Y ORDINARIO

Qué duda cabe que hemos fabricado un mundo complejo y sofisticado, que rehuye lo simple y auténtico! Nuestro día a día no nos permite ni un segundo para buscar el placer de la verdad en las cosas sencillas y cotidianas! Seguramente tiene algo que ver con el paulatino alejamiento de nuestra naturaleza humana y esencial! Al fin y al cabo el mundo no es más que un reflejo de lo que quieren ver nuestros ojos! La complejidad, genera complejidad, como la confusión genera confusión! Lo esencial de nuestro ser yace en nuestro interior y brota desde dentro en forma de emociones, cuando se halla ante la sencillez y el silencio. Nuestras emociones más íntimas nacen en una simple mirada, ante la leve vibración de la vida natural, ante el sentido oculto y verdadero de lo que vivimos. Todo eso resuena en nuestra Alma y le invita a que se manifieste a través de sus intuiciones, señales y sincronismos… logrando conmover nuestro corazón!

Durante muchos años de mi vida, todo en ella necesitaba un “por qué” o un “para qué“, seguidos de un “cómo“, un “dónde” y, finalmente, un “cuándo“! Siempre había buscado razones para pensar lo que pensaba, sentir lo que sentía y hacer lo que hacía! Seguramente se trataba de inseguridad ante mí mismo y/o ante los demás… o de simple miedo a romper la inercia de mi vida! Continuamente daba explicaciones, argumentos y pautas de lo que pasaba en mi vida, cada día! Y, claro, poner palabras orales o escritas a todo lo que piensas, sientes y haces es encerrarte tú mismo en un círculo vicioso limitado por lo que se puede expresar! Y, sin duda, en la vida hay muchas cosas importantes que no se pueden ni quizás se deben expresar… para no imponerles el límite de la razón!

Hoy, en mi vida, valoro más lo esencial, que lo accesorio. Y, precisamente lo esencial no puede ser explicado con solo palabras! Necesita ser sentido, vivido y, en todo caso, compartido! Pero para ello, uno debe tener el valor de sentirse firme, humilde y vulnerable ante la evidencia de lo que siente profundamente, sin caer en la tentación de intentarlo demostrar con razones o, simplemente, evitándolo! ¿Cómo expresar el amor, la libertad, la paz, la gratitud, la alegría, el dolor, el silencio, la comunión… sin caer en la evidente limitación de las palabras y de los gestos? ¿Cómo manifestar a alguien que amas que, haciéndolo, compartes todo eso, además de todo lo que tú eres? Hacerlo es una locura, porque en el mejor de los casos, despertarás desconfianza, en un mundo en que la sinceridad, la honestidad y llevar el corazón abierto es un acto de valentía o de arrojo sinigual!

¿Cómo y por qué expresar que te emocionas ante el simple brote de una flor, ante un atardecer de color miel, ante el bramido del viento por un trigal o hundiendo tus pies por la suave arena de una playa, frente al azul turquesa del mar? ¿Cómo y por qué explicar que tus emociones brotan cada vez que ves una flor, paseas por calles milenarias adoquinadas, sientes el viento en la cara por un sendero del monte… y te sientes acompañado por quien amas? ¿Cómo y por qué expresar que sientes intensamente su piel siempre cercana, adoras la dulzura de su textura y reconoces el tacto de cada rincón de su cuerpo, sin siquiera tenerla cerca tuyo? ¿Cómo expresar que sientes lo que sientes en cada momento y que eso te hace feliz, simplemente porque lo sientes profundamente en tu corazón? El amor es siempre algo intenso, pero inexplicable…

Invitar a participar a las palabras en nuestra vida es invitar solo a la razón! El corazón no necesita palabras! El corazón solo necesita otro corazón, nada más! El corazón necesita silencio, en todo caso una mirada o una leve caricia, para expresar la singular y, a la vez, simple magnificencia de una puesta de sol, del calor del hogar compartido, de una escena otoñal de colores ocres y pardos, del reflejo de la luna en el plateado mar! Sobran las palabras! Hacen falta solo gestos mudos, miradas expresivas o silencios compartidos…

Y lo más esencial que somos, tenemos y podemos compartir por amor no son más que esas emociones mudas que nacen en nuestra Alma! Esa emociones que siempre hablan del “ahora”, pues no entienden del “ayer” ni del “mañana”, que deben ser sentidas intensamente tal como surgen, sin intentar buscar los argumentos de su aparición, ni juzgarlas convenientes o no, ni fabricando sentimientos con la razón, ni tan siquiera intentar explicarlas con palabras! Déjalas fluir porque simplemente son… y nos hacen a cada uno como somos en realidad, individuos singulares e irrepetibles! Así somos, así sentimos! Así sentimos, así vivimos! Y compartir lo esencial, es amar de verdad… la verdad! Y la verdad, antes o después se manifiesta en nuestra vida… si antes no la hemos malogrado con palabras vacías, razones sin razón y sentimientos que no tienen en cuenta nuestra realidad más íntima! El amor no es posible, sin aceptar con valentía nuestra propia realidad interior, sencilla y ordinaria… porque sale de nuestro corazón!

 

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