Revista Opinión

La verdad de mi padre

Publicado el 22 marzo 2016 por Hugo

Cuando mi padre nos pegaba,
nosotros solíamos buscar refugio en nuestra madre.
Cuando mi padre hacía sufrir a nuestra madre,
nuestro refugio era ya muy pequeño
y no cabía nadie.
Cuando mi padre se peleaba con todos,
nuestro dulce y dorado Fújur sabía cómo consolarnos.
Cuando mi padre nos insultaba por
negar que lo blanco es blanco,
marear las palabras,
llevar la contraria,
nosotros solíamos decirle que no hacía falta
que nos obsequiara con tal variedad de feas palabras,
que podía defender su verdad sin maltratar,
a lo que él solía contestar sin dejarse intimidar:
Vuestras tonterías también
son un maltrato para mí. 
Berzas,
bercín,
inútil,
tontín,
naranjo,
moscón,
gelipollas,
aguafiestas,
chocho merengue,
loca de los perros,
subnor y subnormal.

¡Venid, poetas, poetisas! ¡Acercaos!
Y aprended esto: la frustración también
puede ser fuente de imaginación.
Dos no discuten si uno no quiere,
pero él siempre quería.
Dos no discuten si uno se somete,
era en realidad lo que decir quería.
El gritar y el callar, todo es empezar.
¡Hogar, agridulce hogar!
Cuando mi padre prefirió su verdad a nuestro amor,
yo busqué refugio en los libros.
Cuando mi padre odió mis libros,
yo busqué refugio en otros sitios.
Mi padre temía tanto perder su verdad
que acabó perdiendo todo lo demás.
Yo no he conocido a mi padre.
Se lo ha tragado su verdad.

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