Aprovechando uno de los pocos días de descanso que he tenido del trabajo estas últimas semanas, he querido aprovechar para ver algunos documentales de los que tenía pendientes de ver. Uno de ellos pertenecía a una serie documental titulada Proyecto nazi, y en la cual se trata sobre diversas facetas de la Alemania Nazi, como la cultura o la propaganda. Debido a una de las frases que se comentan en uno de estos documentales, no pude dejar de pensar en el NO-DO, noticiario de pase obligatorio en todos los cines españoles a lo largo de poco más de tres décadas entre 1943 y 1976, y en los cuales se mostraban las bondades del régimen franquista. La frase a la que me refiero decía básicamente que, en los noticiarios alemanes se mostraba la verdad que le interesaba al gobierno. Se mostraba una versión idealizada de la guerra, en la que no se mostraban los muertos para así no desmoralizar al pueblo. En el noticiario español, poco más o menos se hacía lo mismo. Y es que en una época en la que no existían los medios actuales y el acceso a la información, así como a la cultura, era bastante limitado en comparación con los cánones actuales, a lo cual habría que sumar la censura, lo más lógico es que el gobierno se aprovechara de este medio, gracias al cual se podía llegar a millones de personas, para implementar una determinada ideología, en la cual se invitaba a pensar lo menos posible.
Según esta propaganda, Franco era el líder abnegado que ofrecía su vida al servicio de la patria, y que había liderado de manera sublime a sus tropas durante la llamada "Guerra de liberación", gracias a la cual España se había librado del dominio rojo. Viendo estos vídeos, uno no puede evitar preguntarse hasta qué punto Franco era el gran líder que todos los medios quisieron hacer ver a la población durante todos aquellos años, así como si la España que se nos dibujaba en aquellos reportajes era tan maravillosa. Recuerdo que hace algunos años se mitió en Televisión Española la serie documental "Los años del NO-DO", en la que se mostraban algunas imágenes de estos noticiarios. Una de las imágenes más recurrentes es la de una población enfervorizada siempre que el Generalísimo visitaba una población. También recuerdo cómo mi padre, que nació en pleno régimen, me comentó en alguna ocasión que la alegría, más que por la llegada de Franco, era por el hecho de que se les daba el día libre, en su caso en el colegio. Unos años más tarde me compré un número especial de una revista de historia el mes en el que se cumplieron 40 años de su muerte, y en uno de los artículos, un trabajador creo recordar que de un hotel de Barcelona, recordaba cómo se les obligaba a ir a hacer bulto a las manifestaciones a favor del Caudillo cuando visitaba la ciudad, bajo pena de reducción de sueldo, además de con las instrucciones de que, si veían a alguien que no animaba o no lo hacía con suficiente entusiasmo, fuera denunciado.
Debido a esto, uno no puede evitar preguntarse hasta qué punto el pueblo era realmente tan franquista como los medios hicieron ver durante todos aquellos años, y hasta qué punto eran franquistas por conveniencia, y mientras no se metieran con nadie, podían hacer su vida, lo cual no dejar de ser bastante triste, aunque no sé hasta qué punto los voceros oficiales del régimen hablaban de la libertad que había en España por aquella época...