Revista Opinión

La verdad mentirosa | Libia y Siria en el centro de huracán

Publicado el 27 septiembre 2011 por Mklnoiticias @mikelsecada

Rebeldes en SIrte

Los últimos meses si dos noticias internacionales han destacado por sí solas, son las revueltas de Siria y Libia. Todos los días desde hace siete meses se producen noticias, aunque no siempre estén en la primera plana.

La cadena británica, BBC, ha conseguido entrar en Damasco, capital de Siria y Sirte, ciudad natal de Gadafi.

Estas son sus dos crónicas:

- Damasco: el miedo y los susurros

- Sirte: desde el frente de batalla

Damasco: el miedo y los susurros

El ejército sirio inició este martes una operación en la ciudad de al-Rastan, foco de numerosas protestas durante meses.

Según informaron residentes huyendo de la ciudad, tanques y vehículos acorazados entraron en la ciudad, donde desde tempranas horas de la mañana se escuchan explosiones y tiroteos. Dos civiles habrían resultado muertos.

Mientras tanto, tras meses de restricciones a los medios, el gobierno finalmente concedió permiso para entrar y reportar en el país a la periodista de la BBC Lyse Doucet, quien escoltada por un funcionario del gobierno describe cuál es la atmósfera que se respira en la capital.

Primer reporte de la BBC desde Siria en meses

Las calles de Damasco todavía están atestadas de tráfico. El casco antiguo, con sus estrechos callejones, no ha perdido su encanto e incesante trajinar de transeúntes.

Desde Sirte

Humo y explosiones en Sirte

Alastair Leithead narra en primera línea de batalla la entrada de los rebeldes en la ciudad natal del coronel libio Muamar Gadafi donde el ruido de las ametralladoras sólo es superado por el estallido de cohetes y morteros.

La muchedumbre todavía circula sobre las adoquinadas calles pobladas de puestos de venta cubiertos, que exhiben desde pañuelos para la cabeza hasta lo último en entallados pantalones jean.

Pero trascendiendo esta aparente normalidad, está claro que la ciudad está tensa, y su gente preocupada por un futuro incierto.

Los negocios van mal, muchas fábricas tan sólo están pagando el 65% de los salarios y han despedido a parte de sus empleados.

"Estamos sufriendo y sabemos que las cosas van a empeorar antes de que acabe", dice uno de los más prestigiosos empresarios sirios quien, como muchos otros, sólo habló de forma anónima.

Preocupados por el futuro

Casi no hay turistas en lo que fue un destino predilecto para viajeros. Algunos de lo que en los últimos años abrieron exquisitas boutiques en hoteles dicen ahora que quizás se verán forzados a cerrar.

"Estoy preocupado por los días que se avecinan, preocupado por el negocio, el dinero, nuestra vida aquí. Espero que se solucione pronto", nos dice un vendedor.

"¿Cómo lo arreglará? Adoro al presidente Bashar al-Assad, pero no le dimos solo una, sino cientos de oportunidades para llevar a cabo cambios".

Otro hombre parado junto a una pila de sacos de arpillera llenos de frutos secos nos grita que los medios extranjeros estamos mintiendo.

"No están diciendo la verdad sobre Siria. Todos aman al presidente. Unas 23 millones de personas lo adoran", dijo furibundo.

Venta de juguetes

Algunos vendedores dicen estar preocupados por el futuro de sus negocios.

Cuando le preguntamos sobre las protestas en otras ciudades del país, admitió que al menos a "10.000 no les gusta". Luego añadió una frase repetida por el gobierno señalando que se trata de "bandas armadas".

En un país donde hablar sobre política en público es peliagudo, los únicos que querían hablar abiertamente eran aquellos que mostraban su apoyo al presidente, quién tomó el poder de su padre Hafez al-Assad tras su muerte en el año 2000.

Pero es imposible saber qué piensa realmente la gente en medio de tanta tensión. Un hombre que insistió en que "no hay ningún problema" rápidamente cambió de tono en cuanto nuestro escolta desapareció de la vista. "No puedo decirles lo que pienso realmente", susurró furtivamente.

No hay fuerzas de seguridad a la vista en el centro de Damasco, pero se sabe que policías de paisano deambulan por todas partes. De hecho, empezamos a notar algunas caras familiares.

La dura respuesta siria a las protestas, incluyendo la reintroducción de las milicias desplegadas en los años 80, han evitado que manifestantes ocupen una estratégica plaza en el mismísimo corazón de la ciudad.

"Una familia"

Pero se han dado varias protestas y choques violentos, incluyendo asesinatos planificados en algunos suburbios.

Centro de Damasco

Cualquier atisbo de disidencia en la capital es rápidamente suprimido por las autoridades.

Algunos desafiaron a las autoridades también cerca del centro, pero incluso el más tímido asomo de una bandera o cartel ha sido suprimido en cuestión de minutos.

Se pueden ver algunos coloridos carteles proclamando que "el diálogo es el único modo de resolver nuestros problemas".

En una tienda acristalada, vemos una colección de souvenirs con el rostro de Bashar al-Assad, que incluye llaveros, platos de cerámica y pegatinas con el slogan "Yo amo a Bashar" o "orgulloso de ser sirio".

"Es la verdad", dice nos dice un vendedor.

El café an-Naufara, situado junto a la gran mezquita Ummayad, todavía está abarrotada día y noche con gente bebiendo café y fumando en narguiles.

Incluso su tradicional cuenta cuentos sigue ahí, narrando historias épicas sobre héroes de la antigüedad árabe.

"Todos los sirios son una familia y tenemos un buen futuro", dijo el cuenta cuentos Shadi Rashid al-Khallah cuando se le preguntó sobre lo que sucede en Siria.

"Pero esta historia todavía tiene que ser escrita y es difícil de contar.


Sirte: desde el frente de batalla

Una espesa columna de humo negro anunciaba el asalto al centro de la ciudad de Sirte, donde las banderas verdes pro-Gadafi todavía ondean en lo alto de la ciudad.

Según se informó, una bomba de la OTAN estalló en una de las posiciones de los seguidores del depuesto líder, pero nosotros no pudimos verla ni oírla cuando se iniciaron los primeros enfrentamientos para tomar una vía de acceso bien protegida.

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Llegamos al lugar cuando las tropas leales al Consejo de Transición Nacional tomaron control de ese punto estratégico e iniciaron la avanzadilla, tratando de quitar una tira de banderas verdes de un poste de la luz.

Dispararon a la cuerda en un esfuerzo por hacerla caer, pero las balas rebotaban contra el metal. Por lo que al final todos estiraron juntos de la cuerda hasta que las banderas cayeron al suelo, donde fueron rasgadas en mil pedazos.

Tiros al aire marcaron las celebraciones de júbilo en el momento en que se alcanzó el lugar donde nació el coronel Gadafi. Los combatientes lucharon cuerpo a cuerpo cada kilómetro de la larga costa libia desde Benghazi hasta alcanzar esta ciudad.

Por semanas avanzaron al oeste, rompiendo pausadamente cada una de las líneas defensivas del enemigo a través de la carretera que atraviesa el desierto junto al mar.

Combates callejeros

Pero las celebraciones no duraron mucho, ya que las tropas pro-Gadafi se reorganizaron y las balas empezaron a silbar.

"Sirte les dará la bienvenida. Es de ustedes, tómenla."

Civil huyendo de la ciudad de Sirte

Reculamos presurosos hacia la carretara y nos ocultamos tras una torre de cemento desde donde divisamos el inicio de la batalla.

El rugido y destello de los cohetes se extendió por la ciudad a medida que los enfrentamientos se adentraban en la urbe.

El incesante ruido de las ametralladoras sólo era superado por el estallido de cohetes y morteros.

Las balas volaban sobre nuestras cabezas cuando un grupo del CNT se agrupó junto al muro para lanzar granadas y disparar sus ametralladoras hacia el centro de la ciudad, con sus impresionantes edificios y modernas construcciones.

Escape afortunado

A primera hora del día, vimos a muchos civiles huyendo de Sirte. El centro de la ciudad es ahora muy peligroso para aquellos que no pudieron escapar de los combates.

Sus caras traducen miedo, sufren la escasez de comida, de agua y electricidad, nos cuentan asustados tanto por lo que puede pasarles si se quedan como si se van.

Civiles huyen de la ciudad de Sirte

Cientos de civiles huyeron de la ciudad de Sirte en los últimos días.

Una mujer observa a los soldados totalmente aterrorizada desde el asiento trasero de un coche.

Según dicen, les alertaron que los rebeldes les matarían, que los degollarían. Sin embargo, les dieron la bienvenida con agua y gasolina para sus vehículos.

Cientos han huido en los últimos días a medida que los rebeldes avanzan.

Un civil tuvo una huida afortunada, ya que su carro exhibía una cicatriz de metal tras ser alcanzado por una bala.

"La gente de Sirte los está esperando, llevan esperando desde el 17 de febrero", dijo uno.

"Sirte les dará la bienvenida. Es de ustedes, tómenla".

Desde Damasco

Damasco: el miedo y los susurros

Las transitadas calles de Damasco reflejan tranquilidad, pero tras la superficie se esconde una tensa atmósfera de preocupación por los enfrentamientos que se viven en varias partes del país tras varios meses de protestas.

Las balas continuaban zumbando al atardecer, la artillería resonaba al sur de la ciudad, más tropas entraban por el oeste y los enfrentamientos persistían en el flanco este.

Camiones acorazados se alinearon detrás de muros y montículos de tierra, disparando su artillería mientras la brisa del mar esparcía la arena y el humo de cohetes creando una siniestra luz naranja.

Los francotiradores se moverán por la ciudad durante toda la noche, fijando posiciones para estar listos al amanecer mientras los rebeldes tratan de controlar uno de los pocos lugares de resistencia pro-Gadafi que todavía siguen en pie en Libia.

Es un premio simbólico en la batalla por controlar el país entero.

El tiempo que duren los combates dependerá de la determinación de los que defienden Sirte del ataque rebelde y su apetito por luchar cuerpo a cuerpo en las calles de la ciudad.

 

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Mikel Secada (@mikelsecada)

MKL Noticias | BBC Mundo


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