La verdad oculta de nueva rumasa ii

II. La nobleza de las hijas frente a los errores de los varones
De todo el conglomerado empresarial derivado en acciones judiciales por la mala gestión de Nueva Rumasa; de todo el crédito perdido de los hijos de José María Ruiz Mateos en sus funciones delegadas de la dirección del holding, cabe destacar la nobleza de las siete mujeres que renunciaron en el año 2004 a todas las empresas del padre, a cambio de unas justas indemnizaciones que nunca se han llegado a pagar.
Analicemos, a través de las informaciones de la prensa y la compilación de datos acerca de la problemática generada, quiénes han podido ser los más perjudicados no estando implicados en la ineficacia de gestión desarrollada por los varones de José María Ruiz Mateos.
Parece ser que no sólo se han incumplido los tratos derivados de la renuncia generosa al patrimonio de empresa y el derecho a la decisión sobre sus directrices, sino que todo se ha convertido en una densa maraña de trampeadas cuentas que han acabado socavando la economía personal de alguna de ellas. Tanto es así que Begoña Ruiz Mateos, en la confianza familiar que su generosa aportación personal siempre ha dispuesto defendiendo los intereses de su padre, ha visto traicionada su entrega con un capital propio que puso al servicio de los verdaderos gestores de Nueva Rumasa: los hijos varones. La implicación de Begoña que generosamente renunciaba en el año 2004 a las empresas del padre, junto a sus hermanas, a favor de los hijos, ha degenerado en una merma personal de sus presupuestos al confiar su propio capital a los hermanos.
De estas gestiones malogradas por ineficiencia de los varones, leemos también en la prensa que el marido de Begoña, Antonio Biondini, asimismo ha visto traicionados estos presupuestos que han degenerado en una resta de posibilidades económicas alarmante, sirviendo además de parapeto judicial los bienes de ambos que responden por los errores generados por los vástagos de José María Ruiz Mateos.
De las muchas injusticias generadas por la inoperatividad de los herederos, las hermanas, en especial Begoña junto a Antonio, han resultado las más perjudicadas. Además con absoluta injusticia, Begoña y Antonio han de responder judicialmente con embargos preventivos por la compra de Parmalat-España en Italia y ante la Audiencia Nacional por valor de 30 millones de Euros. Se colige con estos datos que los hermanos no sólo han dilapidado los presupuestos empresariales de una óptima gestión en manos del progenitor, sino que también han usado los bienes ajenos para cubrirse las espaldas. Absolutamente deplorable.
Lo cierto es que de no haberse cometido el dislate de delegar todas las responsabilidades sobre los varones sin dejar fuera a Begoña y a sus hermanas, muy seguramente el control hubiera sido eficaz y la seriedad empresarial desarrollada por el padre hubiera tenido visos de continuidad, no dando ninguna oportunidad a la chapuza generada por la mala dirección del holding.
La clave de lo que sucede hoy en día con el entramado empresarial echado a perder en ocho años, estriba en ese nefasto 2004 en que el patriarca delegó toda responsabilidad a los hermanos dejando al margen a las hermanas. Contrasta pues el ávido desorden y la desmesurada ambición de los ineficaces gestores masculinos, con la generosidad y nobleza en la actitud de las hijas que aceptaron obedientemente los designios del padre.
El mismo José María Ruiz Mateos ha debido reflexionar sobre el error de apreciación en confiar un emporio a unos hijos muy distantes del ingenio que encumbró sus postulados financieros.
El genio empresarial decidió, sin calcular las consecuencias-el amor es ciertamente ciego y más en un padre magistral como él-, apostar a un todo o nada que sus hijos varones han convertido en un cero a la izquierda después de heredar muchos ceros a la derecha con una dinámica empresarial arraigada y segura. En compensación, debería llegar el momento de la reparación de los daños patrimoniales en la propia familia y restablecer una seguridad económica precisamente en aquellos que son las inocentes víctimas de todo este barullo superlativo en el que habrá que ahondar para conocer, en su verdadera dimensión, quiénes han sido los perjudicados y en qué justa medida pueden ser rescatados por los que han propiciado tanto daño.
Si bien se puede decir que José María Ruiz Mateos ha sido expropiado, involuntariamente, por sus seis hijos varones, en la misma línea podría argumentarse que también, a tenor de las informaciones que recabamos por la prensa, han embargado  la vida de toda una familia.

Publicado por Esveritate, es una colaboración de, Ignacio Fernández Candela



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Cuerpos rotos almas muertas

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Mar de ausencias y encuentros
La oculta demencia policial

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La pequeña puerta del Cielo



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