Revista Cine

La Verdad Oculta, provoca concusiones

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

En los últimos días, se ha dado a conocer las amenazas de boicot a los premios Oscar, por parte de Spyke Lee y Jada Pinkett Smith. Su inconformidad radica en la falta de nominaciones para gente de color, llegando a juzgar la ceremonia muy blanca porque ignora películas como la que voy a continuación ofrecer mi punto de opinión.

Will Smith es el responsable de interpretar al Dr. Bennet Omalu, un migrante nigeriano, creyente del sueño americano y prácticamente un luchador de la vida. Dentro de las labores de su profesión, descubre la presencia de daño cerebral extensivo en una de las autopsias que realiza a un ex jugador de futbol americano. Por supuesto que publica su descubrimiento y la NFL no compartiendo el espíritu humanista del buen doctor, se dedica a destruir su credibilidad y negar cualquier vinculo de daños a la salud ocasionados por el juego.

En el cine no son nuevas estas luchas incansables por parte del héroe que busca cambiar los males de la humanidad. La industria está repleta de tales historias, es por eso que vemos innovaciones en edición, actuaciones soberbias, detalles interesantes por parte del director; algo que permita a tu película sobresalir, y  ‘La verdad oculta’ no tiene nada de lo anterior.

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El filme sufre de un conflicto de buenas intenciones por parte del director y del protagonista: el primero porque busca dar a conocer una problemática actual sin caer en lo trillado que son las conspiraciones corporativas, y el segundo quiere interpretar la imagen positiva de un migrante de color. No tengo nada en contra de lo que intentan hacer, solo que no les funciona porque no supieron manejar el escaso material que la vida del doctor les ofrece y la conspiración nunca se llega a sentir como una amenaza que nos interese.

A momentos las película se llega a sentir extensa por un buen número de escenas donde nuestro protagonista contempla sus sueños. Se llega al punto en que resulta ser prácticamente relleno innecesario porque se establece correctamente desde el principio la personalidad del Dr. Bennet. Luego, no se que le pasa a Will Smith que últimamente sus interpretaciones son de un hombre agobiado, con el rostro demacrado y totalmente miserable. Si pensaba que con hablar con acento nigeriano sería suficiente para recibir premios, estaba equivocado.

El libreto tampoco ofrece demasiado como para emocionarse, ni  para darle a Will de material que haga estirar sus músculos actorales. Se pretende algo de emotividad mediante el drama familiar de su esposa Prema Mutiso (Gugu Mbatha-Raw), pero el director Peter Landesman se queda corto y literalmente me lo deja abandonado con ángulos cerrados sin sentido e inexpresivos. A eso, hay que agregarle reuniones con personalidades medicas a las quienes hay que convencer de decir la verdad, con el mismo argumento que se repite una y otra vez.

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El asunto de la conspiración de la NFL tampoco logra tener un impacto suficiente para tomar conciencia del mal que hace a los jugadores. Al estar enfocado con el Doctor, solo tenemos breves momentos de conflictos mentales que tienen los jugadores, hasta que aparecen en la mesa de autopsias. Si, resulta dramático y ayuda a despertarnos del letargo que es otra reunión con su colega Dr. Julian Bailes (Alec Baldwin), más no ayuda del todo a comprender como no ha trascendido el tema ante tanto sufrimiento de las víctimas. Estuve esperando esa conexión del Doctor, pero a lo mucho solo tenemos la entrevista con la madre de uno de los fallecidos.

El futbol americano está impregnado en la cultura del vecino país, y he visto excelentes películas que ayudan a comprender el amor hacia tal deporte. Aquí no existe tal sentimiento, aunque se intenta con montajes, edición de imágenes y trozos de un libreto que pretende vender la idea que existe arte en las tacleadas.¡Les falló! Y por lo tanto el filme pasa sin pena ni gloria. Así que no culpen a la Academia u otro sector de premios por deficiencias presentes como en cualquier otro lado.

Es evidente la frustración por no poder dar a conocer un tema de salud pública. Esperaban que con reconocimientos o algún premio recibir la atención. Quizás con un experimentado director y un mejor libreto esto se lograba salvar, y así no parecer un producto directo para un canal de televisión por cable.


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