Para conocer quién está realmente detrás de un atentado terrorista no hay más que ver quién sale beneficiado de él. ¿Y quién sale beneficiado del ataque contra Charlie Hebdo? Muy fácil: la propia publicación. Desde hace una semana el nombre de Charlie Hebdo está en boca de todo el mundo. Hoy mismo sacan una nueva edición con cinco millones de ejemplares, que además será distribuida en más de veinte países y traducida a varios idiomas. Es por tanto que pienso que el atentado ha sido realmente una campaña publicitaria de la propia publicación. Pero pasemos a las pruebas e indicios que apoyan esta tesis.
Tal y como dijo Willy Toledo en la publicación que aparece en la imagen, el vídeo es un burdo montaje. Pero yerra en sus conclusiones. Detrás del montaje no está la OTAN, ni la Unión Europea, ni Estados Unidos, ni Israel.
En la imagen vemos el momento en que el terrorista remata al policía. Vemos que, efectivamente, son dos actores. Y bastante malos. Lo lógico hubiera sido que el "terrorista" hubiera realizado una pausa dramática, que hubiera encañonado con su arma al "policía" y hubiera tardado unos segundos en disparar. No le dispararía fríamente. Por su parte, lo lógico hubiera sido que el "policía" hubiera gritado para implorar piedad. Es, pues, esto una película (y de las malas) que simula ser un atentado. Además, esta escena está rodada cerca de la sede de Charlie Hebdo, lo que refuerza la tesis de que la revista está detrás.
El resto vino rodado. Los atrincheramientos con rehenes, al estilo Hollywood (seguro que contrataron a algún director hollywoodiense). En el asalto policial al supermercado también se puede comprobar esto. Vemos a un policía, con un escudo, entrando al supermercado solo cual Rambo (vídeo del asalto, minuto 0:20). Eso por no hablar de explosiones...
Vamos, todo muy hollywoodiense. Lo raro es que antes no sacaran un tráiler.
Puede que penséis que he escrito una auténtica memez, y que solo me baso en suposiciones y vaguedades. Y tenéis razón. Este texto es una auténtica memez basada en chorradas sin ton ni son, en imágenes sacadas de contexto y en suposiciones de cosas de las que no soy experto y que, obviamente, no me ha dado tiempo de investigar. Lo mismo sucede con las conspiranoias de las que estoy oyendo hablar. Se basan en suposiciones (la teoría del beneficiado en el atentado) y en imágenes sacadas de contexto (el policía rematado, o los retrovisores del coche de los terroristas que cambiaban de color según la imagen, pero que después se descubre que esos retrovisores son cromados y cambian de color según les dé la luz).
Y ya por último, el año pasado critiqué a Jordi Évole por hacer esto mismo que acabo de hacer, inventar una conspiración. Podéis utilizar mis mismas palabras contra mí.