Revista Opinión
Los madridistas tienen razón absolutamente: Undiano incumplió, en este partido, casi todas las reglas que esto del fútbol tiene en España: hay que pitar siempre a favor del Madrid, siempre, en todo momento.
¿Entonces? Lo hizo muy bien cuando el criminal nato, según el penalista Garófalo, machacó el tobillo de Fábregas que no se rompió de milagro, todo el madridismo, ante las fotos que lo prueban, reconoce que esto era también penalti, pero errores los tiene cualquiera y Undiano, los puede cometer también, ¿no?
Sí, es verdad, la falta en sí misma atentaba muy gravemente contra la integridad física de un compañero que a lo peor incluso podía haber quedado inútil para seguir practicando el fútbol como aquel pobre chico al que Figo echó de su práctica para siempre, mientras que el empujón a Cristiano no supuso en ningún momento la posibilidad de una grave lesión: a mí me enseñaron en Derecho penal que las penas, si se quiere ser justo, han de ser rigurosamente proporcionadas al daño real o posible que se puede infligir al contrario, entonces ¿por qué eminencias futbolísticas tales como todos los miembros de eso que se ha dado en llamar, injustamente, la caverna mediática no entran, forzados por la ética de una profesión ten exigente puesto que forma ni más ni menos que la opinión pública, a razonar, caso por caso, cada una de las incidencias de un partido.
Así, por ejemplo, por qué Sergio Ramos, como Pepe, Albeloa, Xabi Alonso, etc. tienen licencia absoluta para matar siempre, siempre, siempre, de modo que cuando, por ejemplo, Sergio Ramos, con el indisimulable propósito, le mete reiteradamente el codo, con la contundencia y el descaro con el que él sabe hacer, al mejor jugador del equipo contrario, no por nada, sino para eliminarlo de una puta vez, obliga al pobre Undiano a incumplir esa regla del juego imperante siempre que juega el Madrid y enseñarle la amarilla, lo que, como es lógico, a Ramos, por ahí se las den todas, él cree, basándose en su cotidiana experiencia, que no hay árbitro en España con los reaños suficientes para expulsarlo, pero Anceloti, que viene de otras ligas en las que sí que impera la justicia, no lo sabe aún, de modo que se apresuró a cambiarlo, pero vosotros, maravillosos periodistas de camiseta, en lugar de admitir lo evidente, dijisteis que no, que el cambio lo hizo Carlo porque no le estaba dando resultado su idea.
Como tampoco habéis dicho ninguno, absolutamente ninguno, que hubo otro accidente del juego mucho más digno de expulsión, porque el balón no estaba en juego, cuando el defensa que marcaba a Neymar vio que iba a recibir un pase mortal de necesidad y, sabiendo como sabe las ya mencionadas prerrogativas de Madrid, ni más ni menos que agarro al barcelonista reiteradamente.
En fin, que sí, señores periodistas de camiseta, que tenéis toda la razón: la culpa de que el Madrid no ganara ese partido la tiene Undiano, porque no cumplió con su sacrosanta obligación de hacer todo lo posible para que ganara el Madrid.
De cualquier modo, tanto Casillas como yo le daremos un fuerte abrazo de agradecimiento.