A los gobernantes, a los empresarios, a los medios de comunicación, y en definitiva a las altas esferas que tanto criticamos les interesa, y mucho, que estemos atontados. De esta forma nos pueden manipular a su antojo.
También las personas que se manifiestan, que forman grupos, llamados ‘de rebelión”, en su gran mayoría están siendo manipuladas. Llevar una pancarta y lanzar gritos descontroladamente no conducirá a ningún cambio en la sociedad.
El único cambio posible empieza por que los seres humanos salgan del sueño en que están sumergidos. ¿Pero es que no os dais cuenta de que la gente no utiliza la inteligencia? Se limitan a repetir comportamientos automáticos y la mayor parte del tiempo no analizan nada de lo que hacen, sienten, o experimentan.
Sus reacciones están dictadas por el incosciente, por todo lo que tienen almacenado en su interior y que no saben discriminar porque todo lo que viene desde fuera les entra, sin plantearse si es verdadero o falso.
Para ellos lo verdadero es lo que se ajusta a sus esquemas de comportamiento que casi siempre son falsos. Así que lo verdadero se convierte en falso. Por eso está sociedad vive instalada en la mentira y tiene terror a la verdad.
De ahí que sea necesario vivir siempre en medio de muchos estímulos exteriores para que en ningún momento se pueda atisbar, ni de lejos, un poco de verdad. Esto es terrorífico, la gente, en su mayoría huye de la verdad.
Y aunque se manifiesten por un cambio en realidad ellas no están dispuestas a cambiar nada en su vida.
Y el cambio empieza por uno mismo. Si queremos manifestarnos hagámoslo pero empecemos por encontrarnos a nosotros mismos ¿Dónde estamos?
La verdadera rebelión implica no ser susceptible de manipulación, y para eso debemos estar conscientes, ¡VIVOS!