La versión cefálica externa consiste en intentar cambiar la posición del bebé cuando se encuentra en las nalgas dentro del útero, lo que es cabeza hacia arriba, de manera que se trata de colocar el bebé para situarlo cabeza hacia abajo.
Es una práctica que ya no se suele realizar, aunque siguen haciéndola algunos obstetras. Uno de los descubrimientos que se ha realizado es que si se hace dentro de los cuatro días anteriores al momento del parto existe el doble de probabilidades de cesárea que si se produce en las 96 horas, por lo que no se recomienda inducir el parto tras haberlo realizado. Esta opción puede dar lugar a riesgo de cesárea.
El médico es el que realiza la versión cefálica externa colocando sus manos sobre el abdomen para mover el bebé hacia arriba con el objetivo de dar la vuelta ya sea hacia delante o hacia atrás para ponerlo cabeza hacia abajo.
Se realiza en las proximidades de las 37 semanas de gestación, hacia final del embarazo, aunque no es una práctica recomendada ya que no sólo incrementa el riesgo de cesárea sino de parto prematuro, sufrimiento fetal, hemorragia vaginal o ruptura prematura de membranas. Otra cuestión es que hay situaciones en que no se puede realizar.
Se debe realizar por un médico en un hospital o una clínica, aunque antes de ello se debe realizar una ecografía para comprobar que el bebé está en las nalgas. Tras unas pruebas, el médico aconsejará o desaconsejará la práctica. Lo ideal es tener que evitarla si es posible, de hecho es una práctica que a penas se realiza y tiene riesgos importantes, lo que hace que la versión cefálica externa no suela hacerse.
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