Una novela atípica, a medio camino entre la historia de misterio y los diarios, contribuye al conocimiento de esta autora en España.
Eva Figes es una novelista con una dilatada carrera. No sólo por sus trece novelas, sino también por sus ensayos y sus estudios sobre feminismo Desgraciadamente, poca de ella se conoce en España. Y es una pena, porque su estilo lacónico, unido a una trama decididamente detectivesca, hace de esta autora uno de los mejores descubrimientos. Judía, tuvo que abandonar a sus familiares para poder huir de los nazis y se instaló en Gran Bretaña. Nunca se libró de aquel sentimiento de culpa, fundamental para entender su obra, ni tampoco de la sensación de estar dividida en dos, perteneciendo a su antiguo pueblo y al lugar que la adoptó. De ahí que el concepto de la falta de identidad que sufre la protagonista sea equiparable tanto al de los judíos exiliados como al de las mujeres en aquel tiempo. También es notable el estilo inglés que se ve en su novela, el cual recuerda en ocasiones a Virginia Woolf, lleno de sentido, pero lacónico a veces. El libro narra la historia de Nelly Dean, una mujer de mediana edad, que sufre un estado de amnesia y que se registra en un hotel llamado Black Swan. No recuerda nada de su vida antes del momento de firmar el libro de registros. Sólo tiene algo de ropa y una gran cantidad de dinero. Perdida en un lugar que no conoce, pero en el que parecen conocerla a ella, Nelly deberá completar el puzzle que la ha llevado hasta allí sin levantar demasiadas sospechas. Para ello, comienza a escribir sus pesquisas en un cuaderno, a modo de diario. El libro está compuesto de estos dos diarios. En el primero se limita a reflejar sus ideas y pensamientos intentando establecer un vínculo que relacione el momento actual con los motivos que la han podido llevar a conseguir esa gran cantidad de dinero. Así se sucederán los tediosos días, entre paseos por un pueblo inglés bastante pequeño donde hasta las tiendas son aburridas, y las recientes amistades hechas en el hotel. Pero la aparición de un hombre que dice ser su hijo pondrá patas arriba el seguro mundo de Nelly y la hará plantearse muchas cosas. De esta forma comienza el segundo cuaderno, donde se explora, hasta cierto punto, la figura del doppelgänger, o del doble de uno mismo. Nelly, la mujer real, sospecha que la mujer que le devuelve la mirada en el espejo puede no ser ella misma. Esto es algo que gusta especialmente a estos editores, ya que dedicaron una antología de relatos a la figura del doppelgänger, y es un tema que se explora a fondo en El Otro McCoy, de Brian McCabe. Otra de las características que igualan este volumen con otros de la editorial Jekyll & Jill es el amor a los libros impresos, ya que todos están editados con un cuidado exquisito y contienen sorpresas en su interior. En este caso, se trata del recortable del hotel donde se aloja la protagonista. Merecen también una mención especial el prólogo de Silvia Pellicer- Ortín y la cuidada traducción de la obra.