Revista Cultura y Ocio

La vez primera

Publicado el 08 abril 2013 por Javiermanzano @elcharolito

1Edad media. Platino en las tierras altas, y en las medias oteros y monte bajo. Rescoldos aún refulgentes de cientos de viejas hogueras en pupilas y cuerdas vocales. Estrofas y estribillos que surgen entre autómata e inconscientemente atravesando versos de canciones tristes y noches de samba en Puerto España. No vino Deborah pero está en todas y cada una de las chavalas de su barrio que hace tiempo se convirtieron en cofradía, estado superior al del de inasequible grupito de incondicionales, partidarios de ayer, hoy y siempre. Nadie bambolea mecheros; ahora casi todos bambolean teléfonos inteligentes en los registran con la minuciosidad de un tasador cada secuencia y cada fragmento. Huele a respeto el ambiente, a máximo respeto con un toque de veneración que por momentos provoca sensaciones muy parecidas a las de una liturgia. Unos tímidos acordes de guitarra rasgan el bisbiseo expectante y se intuye que están a punto de estallar los corsés que custodiaban celosamente el mágico poder de la evocación. Una voz desde allá al fondo anuncia que comienza el show: “a veces me dan ganas de decirte ‘siento quererte tanto’ de tanto que te quiero”.

Las luces enfocan al rincón para el arte del Rincón del Arte Nuevo y allí está el artista. Frágil, extremadamente sensible, más nervioso que la primera vez que imaginó lo nervioso que estaría la primera vez, abrumado por el “y si no puedo, y si no soy capaz”, tembloroso de cuerpo, alma, espíritu y voz. Esta noche no es su primera vez pero es su vez primera esta noche. Su vez primera esta noche después de tantas noches llenas de múltiples noches en las que la muerte le coqueteó hasta casi el acoso. Su vez primera esta noche después de haber estado obsesivamente convencido cada noche llena de múltiples noches de que nunca jamás podría, en el caso de poder siquiera seguir vivo, encadenar palabras y ritmos para compartirlos con sus partidarios, sus incondicionales y ahora también sus cofrades. Su vez primera esta noche después de tantas noches repletas de cientos de noches: ¡a celebrarlo!

2
El viejo trovador de pelo blanco, guitarra en bandolera y armónica en ristre, saluda con la voz ahora rota, débil, casi casi exánime. Pespuntea apenas, qué remedio, el paño traicionero de la autocompasión, sabiéndose tan delicadamente arropado, pero al momento, qué remedio, se burla frágil pero implacable de tantas y tantas noches llenas de múltiples noches hechas de oscura noche. Ganó la batalla: ¡a celebrarlo! Y es justo entonces cuando el artista sale del rinconcito en que se guareció la primera noche de todas aquellas noches, y camino de su escenario rescata de los escondrijos en los que los preservó timbres, tonos, entonaciones y melodías. Comienza el concierto, Noel Soto vuelve a cantar.


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