Revista Opinión
Desde que nacemos, nuestra mente piensa y se comporta de acuerdo con los usos y costumbres de cada tribu, con sus valores y aspiraciones que nuestros mayores nos inculcan.
Hablamos un idioma que nos enseñan. Nuestra cultura se va forjando a golpes de lo que otros nos van indicando.
Como bien decía Séneca: ¿Quién de nosotros tiene el valor de decirse la verdad así mismo?
Por estas cosas que traslado a este blog, es por lo que mi eslogan o perfil del mismo es 'Aprendiz de la vida. Busco la verdad'.
Parece que esto es de perogrullo, pero no lo es. Cada día aprendo de mis errores. Verdaderamente nuestra vida es un verdadero lío que no sabemos cómo resolver.
Queremos siempre afrontar nuestras vidas convenciendo a los demás de que según nosotros, los 'otros', están equivocados.
¿Es realmente cierto esto que escribo? ¿No será que los demás están en lo cierto y nosotros equivocados en nuestras ideas?
Nunca nos interesa reconocer nuestros defectos, pues generalmente no somos lo suficientemente humildes para aceptar tal aptitud.
La soberbia y el orgullo son la antesala del despotismo con los 'otros¡ que no piensan como nosotros.
Esta es la verdadera razón de que existan guerras y dictaduras que hacen las mayores barbaridades a nuestros semejantes.
Cuando actuamos como 'superiores¡ ante los demás, es el comienzo de la soberbia que nos llevará irremediablemente a la prepotencia, pues siempre querremos llevar la razón en todo lo que hacemos.
Siempre pasaremos por la vanidad haciendo ostentación, todos nuestros títulos, méritos y logros que casi siempre se consiguen es porque los que nos ayudan son humildes y saben que sin ellos nada se conseguiría.
Cuando sepamos utilizar la humildad, la honestidad aprendiendo de los errores cometidos, entonces empezaremos a entender cual es el camino de la sabiduría en la vida.