Revista Opinión

La vida a través de un gato

Publicado el 28 junio 2018 por Carlosgu82
Capítulo 1

Lo primero qué te debes estar preguntando es: ¿por qué un gato? No les importa nada. No les preocupa nada, en tanto tengan comida en sus platos y un lecho caliente donde acurrucarse, el mundo podría estar ardiendo y ellos no harían un parpadeo.

En efecto. Te lo digo a ti, humano (ó humana, realmente no interesa). A los gatos no nos preocupa nada de lo que a ustedes les quita el sueño y les arruga la cara. No perdemos nuestro tiempo valioso proyectando miedos insulsos en futuros desastrosos. Ni tampoco escondemos nuestros más profundos anhelos, creyendo que lo que otros piensen realmente contiene importancia  ¿Suponen que es simplemente petulancia felina? ¿Así somos desde el principio de los tiempos, y no vamos a cambiar? Quizá sabemos algo que ustedes no. Tal ves aún recordamos alguna misteriosa clave que ustedes han olvidado. Sus vidas pueden bien ser más largas en años. Pero sus momentos de verdadero gozo son muy escasos, fugaces. Muchos de ustedes los cazan como si fuesen ratones, pero siempre vuelven a escaparse, dejándolos hambrientos y ansiosos. Y el juego comienza una vez más.

¡Ah!… ahora he captado tu atención un poco más ¿No es verdad? Debes estar preguntándote qué puede saber un simple animal que a ti se te haya pasado de noche ¡Imposible! Ustedes lo saben todo. Son los animales inteligentes y racionales que están en la cima de la pirámide evolutiva, claro que sí (así es, digo esto con sorna). Siempre nos han estado observando; algunos de ustedes con temor, otros con simple curiosidad. Y nuestros preferidos, con fascinación. Pero no son conscientes del por qué tanto interés en una criatura que apenas y pasa algunas horas al día sin dormir ¿O lo son?

Ninguno de ustedes recuerda en que momento de la historia aparecimos nosotros exactamente. Hemos estado compartiendo este bello planeta desde el albor de los tiempos. Somos los que vigilamos las puertas de los espíritus y cuidamos los movimientos de las energías que ustedes ya no pueden percibir. Nosotros los gatos, somos los vigilantes de la noche y el conocimiento. Los antiguos egipcios lo supieron bien, y nos permitieron desempeñar nuestra labor sin contratiempos. Los hombres y mujeres del medievo nos temieron y nos persiguieron; atribuyendo a nuestra existencia toda clase de males y desastres que acosaran sus desastrosas vidas. Pero aquí estamos, siempre hemos estado al lado de ustedes, los humanos, y al mismo tiempo estamos por nuestra cuenta. Algunos incluso creen que fuimos sembrados por los seres de las estrellas, quizá no estén tan lejos de la realidad. Si observan nuestras bellas caras, están repletas de antenas, capaces de percibir las vibraciones tan sutiles de la tierra.

Aquí viene mi humana otra vez. Lleva un buen rato dando vueltas por la habitación, pensando en la nada y en todo a la vez. Ha dejado su cajita luminosa diseñada para intercambiar información con otros humanos, descuidadamente sobre la colcha sin poner demasiada atención. Adivino que en unos momentos más, estará frenética buscándola por toda la habitación cuando la escuche sonar. Antes de que pueda notarlo, me deslizo suavemente sobre la caja ruidosa, cubriéndola con mi barriga y mi pelaje. Es tan delgada que apenas puedo sentirla bajo mi cuerpo; pero su emanación de energía es tan notoria que la siento pulsar por toda la habitación. Mi humana, como cualquiera de ustedes, es incapaz de notar nada más que los límites sólidos de la caja. No obstante, con ello tiene más que suficiente para depender del fútil artefacto a dónde quiera que va.

Mis queridos, curiosos humanos ¿Quieren saber de verdad en qué cosa son la cima de la evolución? ¿En qué son expertos más que ningún animal en la Tierra? Es muy sencillo. Tan simple que por más que buscan no lo ven: No saben estar. Es decir, no saben vivir…

Continuará…

Photo by Inge Wallumrød from Pexels


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