Siglo XVIII
Hoy al oír pronunciar el nombre de Barruelo viene a la mente, de forma indisolublemente unida, la palabra carbón. Y no es de extrañar puesto que la minería es, sin ninguna duda, las señas de identidad propias de Barruelo y del conjunto de los Santullanos. Pero no siempre fue así. Hubo vida antes de las minas.
La inmensa mayoría de los trabajos realizados hasta el momento sobre Barruelo hacen referencia o están basados en la actividad minera, ya sea de forma directa o indirecta. Aunque hay que señalar que esos estudios se deben añadir los llevados a cabo sobre el asociacionismo político y sindical que se derivó de esa realidad, la Revolución de Octubre de 1934, la Guerra Civil y el frente del Sestil, Sestilón, Cototo y Terena, etc.
En esta obra se quiere dar a conocer, sin embargo, una parte de la historia de Barruelo muy poco conocida, insuficientemente estudiada y casi por completo olvidada. Así pues, gracias a estas páginas se pretende conseguir que esa historia no caiga en el olvido y en el silencio que envuelven otros muchos episodios del pasado. Las comunidades hermanas que precedieron a las actuales merecen ser recordadas y estudiadas, fueron prósperas o no.
Por ello, olvidar la vida anterior a las minas sería lo mismo que olvidar la mayor parte de las historias de una localidad que gracias al progreso industrial, encontró sus mayores cotas de prosperidad, de desarrollo y, por qué no decirlo, de dolor. Sí que es preciso señalar que la intención no es reconstruir todo sobre ese pasado sino mostrar una cierta aproximación que permite comprenderlo y valorarlo en su justa medida.
Las limitaciones a dicha pretensión, no obstante, son enormes y están basadas principalmente en la falta de fuentes documentales que permitan efectuar una investigación sistemática. Esta es la razón de mayor peso, aunque no la única, por la que se ha optado por cerrar el trabajo en el siglo XVIII, ya que para ese periodo la riqueza documental es abrumadora.
Recomponer la historia de Barruelo medieval y moderno no es tarea fácil, pues al ser un núcleo de importancia menor no tuvo personajes o instituciones laicas o religiosas que generasen los documentos necesarios para conocerlo solo. Solo desde los archivos parroquiales y municipales puede llegar a vislumbrar el devenir de estos pueblos, lo que en el caso particular de Barruelo se complica debido a que la revolución de 1934 tuvo, entre otras víctimas, ambos archivos a la orden el edificio consistorial y la parroquia de Santo Tomás. Además, otros archivos que hubieran podido a portar luz para conocer parte de esa historia como por ejemplo, los custodios de la justicia en primera instancia, de la relaciones de Barruelo con el señor constitucional jurisdiccional, ardió a finales del siglo XVIII y el diocesano de Burgos a principios del siglo XIX.
Todo ello ha provocado que la documentación directa que presumiblemente existía sobre Barruelo haya quedado reducida y descontextualizada. Sin embargo, el siglo XVIII aporta una herramienta como ninguna otra anterior para conocer esas comunidades humanas que se hallaban lejos de los núcleos y circuitos del poder.
Siempre que alguien desea acercarse a la historia castellana de dicha centuria tendrá como parada obligatoria y como punto de referencia la mayor fuente documental de que se dispone para el siglo de las luces. Esta no es otra que la documentación surgidas de las averiguaciones ordenadas realizar por Zenón de Somodevilla y Bengoetxea, marqués de la Ensenada, ministro durante el reinado de Fernando VI e impulsor de una reforma fiscal que pretendía eliminar la enorme cantidad de impuestos que afectaban a la corona de Castilla, para refundir todos ellos y, una vez optimizados, crear una única contribución que permitiese pagar a cada individuo en función de su riqueza. Está magna operación de conocimiento de la riqueza existente en Castilla se conoce con el nombre de su máximo impulsor, el Catastro del Marqués de la Ensenada, y constituye, según la mayoría de los autores que han trabajado con dicha documentación, "una fuente inabarcable inagotable de información y de sorpresas".
EDITORIAL: ARUZ EDICIONES, 2021
COLECCIÓN: BARRUELO HISTÓRICO, NUM 1
AUTORES: ALBERTO CORADA-MARÍA HERRANZ