Ilustración: © André Carrilho
Texto: Iñaki Alegria
Iñaki Alegria Coll. Pediatra, cooperando desde un hospital con pocos recursos en el sur de Angola
El brote de Ébola empezó en marzo en Guinea, en África occidental. ONGs como Médicos Sin Fronteras ya nos alertaron por aquel entonces de la posible expansión del brote y que era fundamental iniciar estrategias de control. Pero el mundo blanco hizo oídos sordos… El Ébola estaba demasiado lejos…
Como la peor de las pesadillas, los casos de Ébola fueron aumentando, el brote traspasaba fronteras y se extendía a países vecinos: Sierra Leona, Liberia… Pero el mundo blanco seguía haciendo oídos sordos a la llamada de auxilio.
Primero fueron 500 los muertos, que se convirtieron en 1000, llegaron a los 2000, los 3000… y siguen aumentando… Y seguramente son muchos más los que mueren en poblaciones aisladas sin llegar a los servicios sanitarios, en el más inmenso silencio y olvido. Pero el mundo blanco seguía haciendo oídos sordos…
Pero las cosas cambiaron cuando el mundo blanco sintió miedo al ver que el virus Ébola les podía afectar. Y el pánico en el mundo blanco se extendió cuando se infectó en España la primera persona. A día de hoy, en el siglo XXI, la vida de 1 blanco sigue valiendo más que la de 1000 negros…
Y disculpadme que utilice los términos de blanco y negro, pero es que la muerte de un blanco o de un personal sanitario, sigue valiendo más que la de los miles de negros que han muerto y siguen muriendo…
Esto sobre el Ébola, pero a África no le preocupa el Ébola, desde que ha aparecido el brote de Ébola, la principal causa de muerte en África sigue siendo la diarrea y la neumonía… Pero de diarrea y neumonía los blancos no vamos a morir a millares como dejamos que mueran los negros. A los blancos nos preocupa el Ébola, que es el virus que nos puede matar. La vida de un blanco sigue valiendo más que la de millones de niños negros pobres e indefensos que mueren a lo largo del año en el más inmenso olvido, sin que aparezcan en ningún medio de comunicación. Mueren por diarrea y neumonía, mueren por enfermedades que tienen cura, mueren en el olvido, mueren invisibles, mueren en el más inmenso silencio.
Decidme si esto no es racismo y clasismo. ¿Cuántos niños negros y pobres tienen que seguir muriendo cada día por diarrea? ¿Toleraríamos las mismas cifras con la misma indiferencia si fuesen blancos y ricos?
¿Cuándo nos llamaremos todos hermanos sin importar color, raza, etnia, religión, sexo, clase social…?
¿Cuándo seremos todos iguales en dignidad?
¿Cuándo todas las vidas y todas las muertes tendrán el mismo valor?
Creo que no es pedir tanto…
Iñaki Alegria
@InyakiAlegria