Me quedaban pendientes algunas cosas del libro sobre la vida de Arcadio: el papel del periodismo, por ejemplo, mucho más importante de lo que parece para la supervivencia de una sociedad democrática sana. Se trata del "oficio que desbroza la verdad de la palabrería"
Aborda también el libro el despegue que ya se intuía de Madrid sobre Barcelona. Una ciudad que “desprendía una fuerza cada vez más poderosa”.
Señala con coherencia que "en una democracia no hay diferencia entre crímenes comunes y crímenes políticos" y por ello se muestra crítico con cómo la sociedad abordó el problema del terrorismo
Y una coda sobre la gran virtud de los comunistas en la Transición, que fue "gestionar con inteligencia su debilidad."