Esta crítica está copiada descaradamente de El Club de los Cinéfagos Muertos. Aunque no sé si se considera copiar cuando lo he escrito yo misma:
El destino ha querido que finalmente haya podido yo hablarle al mundo sobre mi otra película favorita de temática religiosa: La vida de Brian (Terry Jones, 1979), una película que es especial para mí no solo porque sea la mejor parodia de la vida de Jesús jamás hecha o porque sea una película con cameo de George Harrison, sino por ser una recomendación de mi madre. Que las madres siempre tienen razón, y ella me dijo: “esta película te va a encantar”; y no se equivocaba, como de costumbre.
Yo creo que ya no puede quedar una sola persona en este mundo que no sepa qué es La Vida de Brian, pero por si acaso, sabed todos que en los años 70 había un grupo de humoristas ingleses que lo petaban pero bien, llamados los Monty Python. Lograron ganarse al público inglés gracias a su serie de televisión Monty Python’s Flying Circus (BBC, 1969-1974) y su éxito fue tal que enseguida quisieron probar suerte en el cine, estrenando poco después su primera película Se armó la gorda (Ian MacNaughton, 1971), una película de sketches que continuaba el tono de la serie de televisión.
Pero el éxito que les catapultó a la fama y los hizo internacionalmente famosos fue La Vida de Brian, su tercer largometraje. Brian es un judío que tiene la suerte o la desgracia de ir a nacer el mismo día que Jesucristo, y eso marcará su destino para siempre. Criado con más o menos cariño por su masculina madre, Brian crecerá para convertirse en un hombre con no muchas luces pero con mucha mala suerte, lo que le llevará a verse relacionado en asuntos políticos y religiosos que no van mucho con él.
Escrita y protagonizada por John Cleese, Michael Palin, Graham Chapman, Eric Idle, Terry Jones y Terry Gilliam, (y financiada por el Beatle George Harrison, amigo y admirador del grupo humorista), la película consiguió una gran recaudación en taquilla, arrasando tanto en Reino Unido como en los Estados Unidos. Sin embargo, fue prohibida en otros muchos países de tradición más católica, como Irlanda, porque eso de reírse del hijo de Dios, y más aún tan públicamente y con tan poca vergüenza, no se había visto nunca, y mucho menos se iba a ver ahora.
Creo que el tema de que Brian es una caricatura, o mejor, una excusa para tratar un tan manido tema religioso está claro, por lo tanto me gustaría saltar hasta el que es para mí el verdadero mensaje de la película: el optimismo. Si algo es La Vida de Brian, es una obra llena de positividad en la que el principal objetivo es hacerle llegar al espectador el mensaje de que pase lo que pase, es mejor tomarse las cosas con humor antes que sufrir por ellas. La canción que cierra esta película, Always look on the bright side of life, interpretada por Eric Idle clavado en una cruz y silbando alegremente, deja bastante clara esta idea.
La vida de Brian es el mejor ejemplo de que la forma más efectiva de hacer humor es la más sencilla. No es necesario burlarse de nadie ni faltar al respeto de ninguna persona para conseguir una carcajada. Sólo es necesaria la inteligencia y una buena dosis de originalidad. Puede que los colectivos más histérico-religiosos puedan ver en esta película la falta de respeto más grande jamás cometida, pero… ¿en qué momento se idiotiza a Jesús? ¿en qué momento, siquiera, se hace burla de su existencia? Por supuesto que hay una crítica a la religión, pero, y esta es mi opinión, una crítica muy elegante.
También es esta película una gran crítica a la política en general. Y digo en general, porque toca todos los palos: desde el “dictador” Pilatos ridiculizado, pasando por los diversos grupos que dicen ir en contra del poder y cuyos nombres se asemejan bastante, y que en vez de luchar contra el enemigo común acaban matándose entre ellos mismos, llegando hasta el extremo de la persona que vive torturada pero feliz por ver en el poder a sus elegidos. Y sin olvidar a los ciegos inconformistas que no son capaces de reconocer las cosas buenas que hacen los demás: porque, aparte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?
Sin duda alguna La vida de Brian ya forma parte de la cultura popular. Sus gags son ya inmortales y sus fans nunca nos cansaremos de reírnos con ellos y de repetirlos siempre que tengamos la oportunidad. La Vida de Brian se ha ganado el título de obra maestra de la comedia, y es un gran ejemplo de cómo poder hacer humor de la forma más simple, tomando algo que todo el mundo conoce y cambiando, simplemente, el punto de vista.