¡Ay qué ver lo rápido que pasa la vida!
Mis cachorros ya son señores cachorros: Currito es adolescente, con sus casi 14 primaveras, y Currita ya tiene 11 ¡Paquita a punto de cumplir los 30! Para saber los míos tendréis que echar cuentas, yo paso de desvelar la cruda realidad. Y qué queréis que os diga, no me he enterado. Parece que fue ayer... (esa frase si que es de viejuna).
Pero mi miedo es el cambio, me muero de pena cuando veo que esto se acaba, que me quedo sin niños. De vez en cuando, el monstruo Adolescencio aparece en forma de alguna contestación salida de tono, algún llanto sin sentido, algún pelo donde no había o algún grano rebelde. El móvil es una extensión de su cuerpo y la ropa y los colegas su vida. Y me pongo a temblar... ¡Fuera de aquí Adolescencio de mierda que te llevarás a mis niños para siempre! Traerás a otros que algo se parecerán a los que te llevas pero ya no será nunca lo mismo. Déjame disfrutar un poco más de ellos... ¡Apodérate de mí y libéralos a ellos! Que mas quisiera yo... Sería la leche.
Uno de los momentos que más me gustan del día es cuando el teléfono me hace una selecciono aleatoria de fotos de la galería, guardo miles, así que lo normal es que aparezcan fotos de los cachorros de bebés o de pocos añitos. Me encanta recrearme en ello. Os juro que volvía ahora mismo al chupete y los pañales. Qué pena tan grande señor...
Alguien dijo que lo importante no son los años, si no la vida de los años, y no puedo estar más de acuerdo. Es una idea que me consuela.