Esta película es como un caramelo que sabe fatal por fuera, agrio, que aborreces nada más empezar, pero al llegar a su interior, te espera algo maravilloso, suculento, una verdadera gozado. Así es el film. El principio y el final es un peñazo de cháchara sin fin, tratando la religión y la fe humana, hasta un punto de repudiar lo que se ve. Pero el tramo central es una de esas aventuras geniales, que involucran al espectador, con una estética que quita el hipo, y una fuerza en su argumento apabullante.
Mi Puntuación: 7