He tenido la gran suerte y la oportunidad de hacer dos veces (y ando a la espera de una tercera) de ferry pilot con ulm...
Muchos os preguntaréis que qué es esto...muy sencillo, un ferry pilot es como un chófer de aviones, lleva un avión de un sitio a otro para dejarlo en el destino. En este caso se trataba de la compra de dos aviones que debían desplazarse desde el aeródromo de Robledillo (LERM), al campo de vuelo de Medina-Sidonia, en Cádiz.
Una auténtica aventura que se me planteaba. Dos aviones que no había volado antes, dos aviones muy diferentes entre si...
El primero era un mistral, un engendro aerodinámico que yo ya había visto varias veces en mis comienzos en el ulm en Ávila, se trata de un biplano de flecha negativa, cuyo "aleron" es todo el ala inferior. Una joyita de las rarezas aeronáuticas.
Después de una intensa inspección a todo el avión, nos pusimos en marcha. Primera etapa, a Ocaña. Las primeras sensaciones con el avión son buenas, vuela despacio pero parece que se comporta bastante bien. No lleva una gran instrumentación, pero volamos con mi ipad y ya se sabe que con un ipad y un cargador de mechero os llevo al fin del mundo jajaja. La toma en Ocaña, muy suave en la pista asfaltada, descubrimos que algo no funcionaba bien en el walkie que estábamos usando de radio...
Llega el segundo inconveniente, necesitamos que alguien nos acerque a por combustible a la gasolinera de la rotonda...pero nos dicen que ya la cerraron hace tiempo...pero afortunadamente un señor acompaña al dueño del avión y él va a por el combustible mientras yo hago el plan de vuelo. Después de pagar una buena cantidad de tasas por un servicio casi nulo, y de repostar el avión, nos pusimos en marcha...siguiente destino, Córdoba (LEBA), lugar al que debíamos de llegar, después de las 2 y antes de las 3, puesto que a las 3 cierran...un abanico de tiempo de una hora, que se antojaba ya corto, como para encima que algo fallase...pues falló... Salimos demasiado tarde de Ocaña, tanto que el gps nos decía que ibamos a llegar allí a las 3:20, un absoluto desastre, asi es que tocó apretar los dientes, subir algo la velocidad y llegamos a las 2:45, con un fallo de radio y un ulm que no nos oyó ni nos vio que íbamos a aterrizar...un show de esos que hacen que sudes y no sólo por el calor de Andalucía en un día soleado. No quiero imaginar la cara del piloto del ulm cuando nos debió ver aparecer...
En tierra, prisas por todos lados, el dueño, con las tasas y el plan de vuelo y yo a recoger el combustible que nos dejó mi amigo Gabriel, literalmente corriendo por la pista. Despegamos con unos minutos de retraso sobre la hora, pero finalmente pudimos salir, no nos lo creíamos...
Es curioso el cambio de paisaje que ocurre desde Córdoba hacia el sur, esperas que todo sea cada vez más árido y te encuentras rodeado de un color verde muy vivo que me sorprendió bastante.
Al llegar a Medina-Sidonia comienzan un poco los nervios, un campo nuevo, sin referencias, en un avión nuevo, la presión aumenta y con una pista pequeña, el margen de error es casi nulo. La pista no debe tener más de 300 metros, asfaltada, con una clara pendiente y estrecha...muy estrecha. Pasada baja para comprobar el estado de la pista y la dirección del viento y toca encarar en final el biplano de flecha negativa...al final se porta bien y se posa sobre la pista con total seguridad.
Cuando salimos de la pista todos nos observan, menudo trasto debieron pensar...pero lo cierto es que habíamos llegado, y ese era el objetivo.
La vuelta fue en un tedioso y horrible viaje en bus, 8 horas eternas de viaje nocturno, al llegar a casa, habían pasado unas 30 horas desde que salí el día anterior.
Lo cierto es que había completado mi primer vuelo como ferry pilot.
Muy pronto os hablaré del segundo vuelo.
Un saludo y buenos vuelos , ya sean de ferry o de lo que sean!