El sentimiento primordial de la vida siempre continúa siendo el mismo. Nuestros cuerpos envejecen con el tiempo, nuestras mentes también, pero de manera muchísimo más lenta que el cuerpo.
La Vida no puede envejecer, la Vida no tiene ningún comienzo y tampoco tiene algún final. ¿Te acuerdas de cuando eras un niño o un adolescente? ¿Ha cambiado tu vida? No me estoy refiriendo a tu vida física, basada en tiempo y espacio, no hablo del proceso de domesticación, ni aspectos de la personalidad que han variado a través de tu vida, estoy hablando acerca de tu esencia, ese testigo u observador silencioso que siempre está ahí. ¿Ha cambiado en alguna manera? ¿Ha sido modificado a través de los malos tiempos, los buenos tiempos, en salud y en enfermedad? Si la respuesta a estas preguntas es NO, automáticamente sabes que hay siempre una parte de nuestro Ser que nunca cambia, de por sí esa parte es Eterna.
Este aspecto de tu Ser que nunca cambia, te abre tu vida a todo un mundo de posibilidades, si te mantienes presente en esa simplicidad, un nuevo campo es establecido, empiezas ahora a ver tu vida desarrollarse ante los ojos de una conciencia que jamás cambia. Permítete vivir a plenitud conociendo todos estos aspectos que te harán cambiar de una forma drástica esa percepción que tienes de tu vida y del universo que te rodea.
La vida en sí es un universo abierto para que concretes todos tus anhelos, solo que no sabemos por dónde comenzar a descomponer todos esos mitos y creencias acerca de ella. La vida eres tú mismo, tú misma siendo tú en todo tu Ser, solo que no lo sabes. En la simpleza es donde tomas conciencia de eso que te hará verte distinto, fluyendo con la vida, siendo Uno con ella.
No intentes enredar tu vida con creencias o patrones que van más allá de tu comprensión, sólo fluye con ella, relajado, relajada, haciendo planes mientras vives en tu eterno presente.
Hasta la próxima publicación…
Zuluan Orion