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La vida intrauterina de todo bebé antes de nacer

Por Camilo Camilo Acosta @camiloacos

La vida intrauterina de todo bebé antes de nacerEl ADN del bebé tiene desde el primer momento más información que 50 colecciones de la Enciclopedia Británica.

A los 16 días se puede registrar el sonido del latido de su corazón y a las 8 semanas ya tiene facciones que le hacen único en el mundo.

A menudo oímos el error básico de que un feto no es un ser humano. Los proabortistas llaman a los niños pre-parto cualquier cosa excepto “humanos”, incluyendo expresiones como “grupo de células”, “parásito” o “vida potencial”.

Desde el momento de su creación, ese ser unicelular es un ser humano pequeñito.

Es difícil negar la humanidad del concebido cuando conoces los hechos relativos al asombroso desarrollo que el niño experimenta en el útero.

La exdirectora de la agrupación ‘Defensores de la vida’ de la American Life League, Emily Brown, ha detallado 10 hechos alucinantes sobre el desarrollo del embrión que tal vez son desconocidos hasta por un buen número de activistas provida.

En el momento de su creación (concepción /comienzo biológico) el recién formado ser humano lleva en sí mucha más información que 50 lotes de la Enciclopedia Británica.

Esta enciclopedia, que se edita desde 1768, dejó de imprimirse en papel en 2010, aunque permanece actualizándose en internet. En uno u otro formato, contiene cerca de 40 millones de palabras utilizadas para abordar cerca de medio millón de asuntos relacionados con todas las áreas del conocimiento.

El ADN genético que tiene un niño desde su creación decidirá en buena medida, todas sus características físicas, su inteligencia y su personalidad.

Como es evidente, también influye en el desarrollo de la inteligencia y personalidad el ambiente en el que un ser humano se desarrolla tanto ambiental como social y sus experiencias, pero el punto de partida es inequívoco y se encuentra en la carga genética.

Dos días después de su fecundación, un niño ¡ya tiene tres células!

Y seguirán multiplicándose hasta una cifra cercana a los 37 billones, todas distintas, especializadas, para formar cada órgano, cada vena y arteria, cada músculo, cada neurona, cada uña, cada pelo. Incluso el cuerpo tiene células pluripotenciales.

El corazón, el cerebro, la médula espinal y el sistema nervioso están prácticamente completos a los 20 días de la fecundación.

Eso son dos semanas y medio de vida intrauterina, pero antes de eso, con tan sólo 7 días , ya se habían formado las tres capas germinales embrionarias especializadas: ectodermo, que originará la epidermis, el sistema nervioso y los órganos sensoriales; el mesodermo, con las células que crearán los músculos y la sangre; y el endodermo, del que derivarán el sistema digestivo, los pulmones y la tiroides.

Tan pronto como a los 16 días después de la concepción, se puede registrar el latido del corazón.

El sonido del latido del corazón de un embrión es uno de los sonidos que más emocionan a los padres, especialmente los primerizos. Y también una de las informaciones que más esconden los abortistas a las madres antes de acabar con la vida de los bebés.

Con veintiocho días el niño tiene su propio flujo sanguíneo. Es completamente distinto del de su madre.

No ha pasado ni un mes desde la concpción y el niño ya tiene su propio sistema circulatorio independiente del de la madre. Esto puede tener una importancia vital en la vida de ambos, aunque sólo hay riesgo a partir del segundo embarazo y si la madre tiene Rh- y el padre Rh+; si el niño hereda el Rh+ del padre, ambas sangres pueden mezclarse en el parto y el sistema inmunológico de la madre reconocerá como extraña la sangre del bebé y puede llegar a romper sus glóbulos rojos.

Seis semanas después de la concepción, se pueden registrar las ondas cerebrales del niño.

Esa actividad cerebral ha de ser estimulada ya antes del parto y cuidada con la alimentación materna, porque parte de las células nerviosas pueden perderse por falta de estimulación.

Las ondas cerebrales se detectan con los primeros movimientos fetales y se hacen más estables a las 10 semanas de vida intrauterina. ¿Sabías que las neuronas del bebé se multiplican a un ritmo de 250.000 por minuto?

Cuatro semanas después de la fecundación, se puede apreciar el contorno del cerebro, las vesículas oculares y el principio de su sistema nervioso.

Un sistema nervioso que tendrá el mayor crecimiento del número de células a partir de las 20 semanas y al nacer, la mayor parte de los 100.000 millones de neuronas de un cerebro maduro están formadas.

Todo el cuerpo de un bebé es sensible al tacto a las nueve semanas de gestación.

El bebé nota cuando se pone la mano sobre la tripa y, al final del embarazo es prácticamente total. En solo cinco días después de nacer termina de desarrollarse, porque es básico para el instinto de búsqueda del pezón de la madre para alimentarse.

Durante el embarazo, se puede estimular este sentido mediante caricias sobre la tripa de la madre, tocándola con los dedos en distintas posiciones, ‘respondiendo’ a las pataditas del bebé presionando suavemente la zona o pasando objetos con diferentes texturas sobre la tripa de la madre.

A las ocho semanas, el niño tiene facciones únicas que ya le distinguen de cualquier otro ser humano.

Las facciones de la cara nos distinguen a unos de otros, por supuesto, pero no es lo único que cada bebé posee único antes de nacer. También las huellas dactilares y plantares, y, por supuesto, su ADN, que es único e irrepetible desde el mismo momento de la concepción.

Artículo de Ana Fuentes visto en actuall.com


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