Por Cecilia Novoa
“Hay que desterrar la idea de que la vida empieza a las 6 de la tarde, una vez finalizada la jornada laboral. La vida es una y hay que disfrutarla donde sea que uno esté”. La contundente afirmación pertenece al reconocido consultor español Luis Galindo, quien días atrás estuvo de visita en Buenos Aires para brindar una serie de conferencias y reunirse con directivos de importantes empresas del país.
Para el experto en motivación, liderazgo y construcción del talento, “hay que dejar de hablar de la vida personal y la vida laboral como si fueran dos esferas separadas, que es necesario compaginar, y pasar a ver las personas de una manera integral.”
En este sentido, el speaker aseguró que la gente más completa es la que disfruta intensamente de todo, tanto de su trabajo como del ocio o su familia.
Con más de 30 años de experiencia asesorando a compañías de toda Europa, Galindo enfatizó que las personas son las mismas, de lunes a lunes, y que intentan disfrutar de todos los ámbitos. Y como una parte importante del día la ocupa el trabajo, recomendó hacer de éste un espacio humano, un sitio donde también se pueda disfrutar.
“Claro que esto no es fácil, para los obreros de una planta quizá no sea posible, pero en el caso de quienes tienen la suerte de trabajar de lo que les gusta o en aquello para lo que han estudiado, es viable”, remarcó durante la charla con iProfesional.com.
“Y si la persona le da sentido a su trabajo es más fácil que le de sentido a su ocio. Hay que buscar una vida más completa, dentro de las posibilidades de cada uno”, completó el conferencista y se mostró confiado que en los próximos años cambiará el modelo de pensamiento y se hablará de la persona como un todo.
Quien se ilusiona marca una diferencia
Por estos días, Galindo trabaja y difunde el concepto de “reilusión”, que no sólo es aplicable a nivel personal sino también al mundo corporativo. Es que, “en un entorno tan deprimido, las personas con ilusión marcan la diferencia”.
De acuerdo al consultor, “las mejores empresas buscan ante todo personas con energía e ilusión por aprender y trabajar, porque en las compañías escasea el personal con este tipo de características.”
“La ilusión, sobre todo en momentos difíciles como vive Europa o incluso la Argentina, es más importante aún. Cuando las cosas van bien es necesaria pero el entorno ya favorece un poco, pero cuando van mal, el hecho de reilusionarte adquiere otra importancia”, apuntó.
En su opinión, en la mayoría de los casos hoy las empresas son espacios “tristes”, por los pasillos camina gente que no está para nada contenta, mirando el reloj a la espera que llegue la hora de salida.
En ese sentido, Galindo manifestó que la asignatura pendiente que tienen las organizaciones es crear espacios donde trabaje con excelencia, eficacia y, a la vez, con buen ambiente laboral.
“Es algo anormal pero posible”, aseguró el conferencista español. La importancia de este cambio radica en que ningún empleado pondrá toda su creatividad, innovación o propuestas en un lugar donde tiene miedo o es muy rígido. Por el contrario, consideró, la gente saca su potencial en los sitios donde se siente libre y puede ser espontánea.
Claro que en este cambio los managers juegan un rol fundamental. Según el consultor, “el liderazgo consiste en crear las condiciones idóneas para que la gente esté permanentemente construyendo y dando lo mejor de sí mismo”.
Solo de esa manera, las empresas pueden lograr que sus empleados “dejen la piel” por su trabajo.
“Los directivos deben recordar permanentemente que su principal misión no es vender o conseguir financiamiento sino que la razón de ser un líder es estimular y motivar personas“, expresó Galindo, un pionero en la aplicación práctica del concepto del “optimismo inteligente en la dirección de equipos.”
Y concluyó: “El camino para alcanzar todas las metas y objetivos son las personas, los equipos motivados. Es que si la gente no está motivada va a la empresa, está y cumple, pero no da lo mejor de si.”
Fuente: http://management.iprofesional.com/notas/148111-Hay-que-desterrar-la-idea-de-que-la-vida-empieza-a-las-6-de-la-tarde