Revista Opinión

La vida no es Jauja

Por Patsyscott

La vida no es Jauja
Han sido unos días muy intensos y en mi cabeza los acontecimientos cotidianos se mezclan aún con las grandes noticias de estos días como en una turmix.
Semanas entrando y saliendo de hospitales, salas de urgencia y ambulatorios (mi madre, antes de navidad y mi compañero después de año nuevo - ambos ya recuperándose en casa) y horas "googleando" nombres de medicamentos y dolencias por la noche, me han mantenido alejadísima de los blogs - que no de las/los bloggers, en quienes he pensado en estos días.
Como Millás (y farala), cuando estoy nerviosa lo cuento todo, trescientos pasos hay desde la entrada del hospital hasta el ascensor para subir a la planta de cardiología - doscientos de ahí a la cafetería; a mitad de camino, una escalera con una flecha que indica: Anatomía Patológica (pienso en mi querida maikix); un cartel inmenso pone algo acerca del "huntington de corea" (pienso que es un tema para un cuento imposible de Víctor); la noche de un domingo necesito un Nolotil, la farmacia de guardia me pilla lejos y pienso en Candela y las Mandaeras (por cierto no he encontrado a nadie en Madrid que se dedique a recojer una receta e ir a comprártela a la farmacia - existe el servicio en Barcelona, pero no aquí). Me pregunto en qué isla se ha quedado varado Capri; pienso en Florence Nightingale y voy a parar a nuestra querida Hester; un día de sol radiante me acordé de José Ángel volando en su avioneta con la Colometa; y mis otras favoritas - en fin, que espero ponerme al día con todos y que sepáis que os he echado de menos.
Las larguísimas horas pasadas en las salas de espera de Urgencias dan para mucho. Lees todos los periódicos (incluyendo la Gaceta médica) de cabo a rabo. Las noticias de Túnez y Egipto me entusiasman, la política local me deprime - pero al final todo pasa a un segundo plano cuando te preocupa algo tan básico como la salud de alguien que quieres. "Lo que importa es la salud" se convierte en la única verdad irrefutable.
Creo que los que hemos tenido la suerte de gozar de buena salud hasta la madurez, llevamos peor estos "desperfectos" que empiezan a entorpecernos la vida. Es como si cuerpo y espíritu, que siempre han ido de la mano, de pronto empezaran a separarse. El espíritu sigue siendo el mismo, pero el cuerpo empieza a tomar otro camino que no obedece ni a tus deseos ni a las órdenes de tu cerebro.
Los compañeros de habitación que cuentan sus casos, los que no han fumado ni bebido nunca y los que se han fumado y se lo han bebido todo - da igual, da la impresión de que acabaremos todos en el mismo sitio tarde o temprano. El corazón, o el pulmón, o el riñón - el cuerpo decide desde dónde empezar a emitir las señales del deterioro natural que vendrá.
Sigo intentando dejar de fumar pero sin éxito - pero es que he tardado cincuenta y pico de años en darme cuenta de que la vida no es Jauja.

 


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