Normal es una de esas palabras que me desconciertan en muchas ocasiones. Lo normal para mí es lo que sucede a menudo. Más allá de que sea bueno o malo, normal es lo vulgar, lo cotidiano, lo habitual. Digamos que es lo que tiene más probabilidades de pasar. Con ese uso (que así leído parece malo) normal se convierte en una palabra de un tremendo potencial. No me atrevería a afirmar que genera bienestar pero sí que disminuye el malestar. El hecho de que alguien piense que su problema (sexual, sentimental, emocional) es extremadamente grave se palía (aunque no se resuelve) al reconocer ese hecho como algo más habitual, más común al resto de personas. Que no eres un bicho raro con cuestiones irresolubles. Quiero decir con esto que es normal (habitual) que a veces tengas pensamientos negativos, tristeza, ansiedad por el futuro o que no te apetezca follar con tu pareja. He dicho a veces, sobre todo para lo último. Pero que no debes generar respecto a ello grandes agobios, porque eso sí que te generará problemas más serios.
Normal en cambio se suele usar con otro significado. Como aspiración, como deseo. “Quiero ser normal” como anhelo de alguien que vive una infancia problemática, “que vuelva a ser normal” para la vida de una familia con adolescentes, “ser una pareja normal”…que me cuesta entenderlo porque se suele hablar de parejas normales porque las ves en el cine, en instagram, escribiendo románticos tweets o cenando por ahí, no sabemos si luego no se hablan, se hacen la vida imposible o se hartaron hace tiempo ya pero les da pena acabar con su collage en las redes sociales. Intentando entender toda esa normalidad que nos ilusiona conseguir, el peor término es “vida normal”.
El concepto de vida normal me parece algo siniestro. Cada vida tendrá sus cosillas, la mayoría son parecidas y habrá algunas (muchas menos de las que la gente quiere hacernos creer) que son extraordinarias. La vida normal es la vida normal. Trabajar muchas horas para ganar algo de dinero para poder sobrevivir. Supervivencia normal. Quizá alguien con un afán consumista mayor necesite algo más de pasta entonces trabajará más o robará (en el sentido de ladrón guay-cool, me refiero a explotadores, defraudadores y demás calaña elitista de este país). Esa supervivencia básica la intentamos edulcorar con algunos vicios, algunos hobbies, algunos objetivos, alguna gente que te quiera y alguna a quién querer (si coincide mejor).
La cuestión que planteo es…¿estamos tan jodidos para que la vida normal (trabajar 8 horas en algo aguantable para poder vivir en una casa, comer y hacer algo de ocio) se haya convertido en un anhelo prácticamente utópico? Personalmente creo que sí y más que lo estaremos pero yo soy un pesimista que desea fervientemente equivocarse todo lo a menudo que pueda.