Tiene voluntad propia.
Si hoy parases de actuar, parases de preocuparte, parases de racionalizar, parases de controlar, notarías un fenómeno impresionante.
Un fenómeno que pocas personas presencian, precisamente porque no consiguen parar de actuar, de preocuparse, de racionalizar y controlar.
Y si tú consiguieses hacer eso, presenciarías, finalmente, cómo se presenta la vida.
Notarías que la vida se mueve sola, anda sola.
La vida tiene direcciones propias, movidas por la gravedad energética.
Tú sólo estarás donde tengas que estar.
Sólo harás lo que tengas que hacer.
Esta es una ley inmutable del Universo.
Y todo lo que contraríe esto sólo puede traer dolor, pérdida y sufrimiento.
Y ¿quién sabe dónde deberías estar ahora o lo que deberías hacer ahora?
¿Quien lo sabe?
¿Tu? ¿Tu ego?
No. La vida.
Sólo ella sabe hacia dónde, por dónde y cómo ir. Sólo ella.
Y si tú dejases de creer que sabes, que puedes y que tienes que... vas a dejar que ella te lleve.
Vas a darle prioridad. Vas a darle la razón.
Y la vida, ligera y libre como es su naturaleza, te llevará a buen puerto mediante las exigencias de tu caminar.
Y todo estará en su lugar. Y, al final, aquí nos encontraremos para celebrarlo.
JESÚS.
El Libro de la LuzÉstas han sido las palabras que me han saludado esta mañana al levantarme y abrir El Libro de la Luz (Alejandra Solnano, Atria-Español). Este mensaje, el 198, me sale con frecuencia y hoy tenía un significado muy especial para mi. Parece una respuesta directa a una propuesta que hice en mis oraciones al irme a acostar...He querido compartirlo con vosotros porque algo me dice que resonará en quien hoy se acerque a éste blog.
Ojalá así sea. Un abrazo.