La vida secreta de Walter Mitty Por David Rodríguez

La vida secreta de Walter Mitty Por David Rodríguez

La película que se ha llegado a comparar con Forrest Gump, había llegado a las taquillas el pasado 25 de diciembre, eran tantas las espectativas que se había creado en torno a ella que a veces no somos prudentes a la hora de evaluar una película correctamente.
Ben Stiller que repite una vez más como director a la vez que protagonista, ha optado por realizar el remake de ‘La vida secreta de Walter Mitty’ (1947), ya que parece que en Hollywood se están quedando sin ideas a cada día que pasa y hay que tirar de viejos clásicos casi olvidados para remar hacia adelante.

He tenido que dejar reposar unos días para digerir un poco todo y no tomar una decisión precipitada a la hora de escribir sobre ello, pero lo cierto es que no ha variado demasiado mi opinión desde el momento en que comenzaron los títulos de crédito.
Un comienzo algo soso dibujando la vida del perfecto perdedor, soltero y con ganas de conocer a una mujer con quien compartir su aburrida vida mediante páginas web de contactos. Walter trabaja para una revista en la que exponen fotografías, y este es el encargado de revelar los carretes que van llegando. La película comienza a girar en torno a una fotografía perdida que pone en riesgo su trabajo y comienza su aventura.
Tiene sus partes de humor absurdo, comedia algo extravagante que consigue que sueltes una carcajada de vez en cuando, lo cual no quiere decir que se haya concebido la película en clave absoluta de comedia, ya que parece que con ella quiere hacernos viajar a algo más, lo que no tengo claro es a donde, y creo que Stiller tampoco lo sabía.
A pesar de un desarrollo algo lioso y grandilocuente, posee momentos de ligera brillantez, paisajes extraordinarios y efectos visuales bastante destacables, pero las carencias superan una vez más a las virtudes, ya que consigue aburrir de una forma desmesurada en grandes momentos del metraje.
Las película es increíblemente predecible, tan artificial, forzado y exagerado que la naturalidad que pudiera haber tenido en algún momento se disipa de forma aberrante, y nos deja una película más del montón que encantará a los yuppies y los amantes de Amelie, pero que al resto podrá resultarles un vago esfuerzo de innovación, pasando por la triste sala de las películas buenrollistas de las que tanto gustan en estas fechas al público general.

Puntuación 3/10